La mayoría de las corrientes que integran el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se aprestan a poner fin al dominio de Los Chuchos (Nueva Izquierda), al acordar la llegada de Alejandra Barrales Magdaleno a la dirección nacional del sol azteca.

El sábado próximo, en la reunón del Consejo Nacional de los perredistas, concluirá la etapa de dominio y control ejercido, desde 2008, por Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta Naranjo.

Las corrientes ADN, Vanguardia Progresista, Patria Digna, IDN, Frente de Izquierda Democrática y un sector de Foro Nuevo Sol, que integran más de 65 por ciento de los votos en el Consejo Nacional, presentarán a la actual secretaria de Educación de la Ciudad de México (Alejandra Barrales) como su propuesta para remplazar a Agustín Basave.

Solos, con una tercera parte de los integrantes del Consejo Nacional, resultarán en minoría los Chuchos, los Galileos y otro sector de Foro Nuevo Sol.

Ayer, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) discutió el contenido de la convocatoria para la reunión del Consejo Nacional del próximo sábado y ponderó los dos escenarios, que también implican la elección de la nueva dirigencia del partido:

Si el periodo que habrá de abarcar Alejandra Barrales concluye el primero de octubre de 2017, o que se alargue por cinco meses para adelantar a elección del CEN y del Consejo Nacional perredista.

Lo que ayer se prefiguró fue respaldar la propuesta para que Alejandra Barrales sea presidenta sustituta hasta el primero de octubre de 2017.

Los grupos que conforman el partido de sol azteca también decidieron establecer un acuerdo no escrito que sería ratificado el sábado próximo, con objeto de que la candidata o candidato ganador de la contienda interna en el Consejo Político reciba el respaldo unánime de cada una de las corrientes. Pretende el perredismo que su nuevo representante llegue legitimado y con la suficiente fuerza política para modificar la relación que durante ocho años se construyó con los gobiernos federales del PAN (en la época de Felipe Calderón Hinojosa) y del PRI (en los últimos tres años y medio).

De concretarse los acuerdos a que han llegado seis grupos de influencia perredista, el sábado próximo la época de dominio y control de Nueva Izquierda culminaría bajo la lógica de generar una nueva relación política con importantes sectores de la izquierda, con organizaciones sociales y con integrantes de la sociedad civil que no se identifican con partido alguno.

No obstante, dichos acuerdos han resultado controvertidos en las últimas horas por las cabezas que mueven a los Chuchos, quienes amenazan con boicotear el Consejo Político Nacional de su partido si no se impone un candidato cercano a Nueva Izquierda.

En el escenario de disputa por la presidencia se elaboró una lista con cinco candidatos: Alejandra Barrales, propuesta por la corriente Vanguardia Progresista, que también recibe el respaldo del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; Pablo Gómez, impulsado por el Frente de Izquierda Democrática, que encabeza el senador Miguel Barbosa Huerta y la corriente Patria Digna; Ángel Ávila y Beatriz Mujica, de Nueva Izquierda, y Camerino Eleazar Márquez, de ADN.

Así concluirá la etapa de dominio y control absoluto del PRD, por parte de Nueva Izquierda. Estos comenzaron su etapa al frente de ese partido en 2008, cuando se registró el fraude electoral contra Alejandro Encinas por parte de Jesús Ortega. Ese desaseo fue conocido posteriormente en las filas del sol azteca como el Chuchinero, en momentos en que Leonel Cota Montaño terminó su encargo en medio de una ola de cuestionamientos por su mediocre participación como dirigente del PRD.

En aquellos años Ortega Martínez fue ratificado como dirigente perredista, por una sentencia emitida desde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Anoche, durante una reunión de los integrantes del CEN perredista y de los representantes de las corrientes de ese partido, se daba forma al bloque mayoritario de respaldo a Alejandra Barrales, no obstante, algunas voces se pronunciaban en favor de Pablo Gómez, pero otras cuestionaban el papel de éste durante la dirección de los Chuchos y sus omisiones en el proceso de aprobación de la ley Televisa.