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El sandinismo, importante en mi vida, señala el nicaragüense

A los pesos chicos nunca nos pagan bien, lamenta Chocolatito

Considerado el mejor libra por libra, quiere ser tetracampeón del mundo

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Román Chocolatito González, monarca mosca del CMBFoto tomada del Twitter del pugilista
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de junio de 2016, p. a15

Todos coincidieron en que es el mejor boxeador del momento. A pesar de medir sólo 1.61 metros de estatura, en un deporte en el que los estelares suelen ser de categorías mayores, el nicaragüense Román Chocolatito González fue elegido el mejor libra por libra, denominación que otorgan publicaciones y medios estadunidenses para calificar al que suponen se encuentra por encima de todos los pugilistas en activo.

El tricampeón del mundo en divisiones distintas es hoy el monarca mosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y sostiene que no ha perdido la humildad. Dice que es el mismo indio de siempre.

En cada oportunidad recuerda de dónde viene, el barrio pobre La Esperanza, de Managua, donde creció con carencias y el que detonó su pasión y talento por un deporte en el que consideran que nadie es mejor que él.

Reconocimiento ambiguo, porque, como el propio Chocolatito admite, en este deporte a los peleadores de tallas pequeñas no suelen pagarles cifras millonarias por más espectáculo que brinden.

El nicaragüenese entonces arremete con su mayor ambición: pelear por un millón de dólares: Yo peleo porque me gusta el boxeo, pero sobre todo porque esto es un negocio. Puedo enfrentar a quien sea, pero si no me pagan lo que necesito, entonces no peleo con nadie.

Si los cuerpos de los pugilistas se convirtieron en espacios publicitarios, en cuyas prendas se anuncian toda clase de marcas, Chocolatito también lo entiende como un espacio de expresión política. En algunas peleas ha portado la bandera rojinegra del Frente Sandinista de Liberación Nacional, organización que sostuvo la guerrilla en Nicaragua contra la dictadura de Anastasio Somoza y que hoy gobierna el país.

Lo llevo por dos razones: me identifico con el partido sandinista, y también porque me ayudaron, dice el boxeador.

El sandinismo ha sido importante en mi vida, lo apoyo por lo que hace por la gente humilde y los jóvenes, dijo el peleador quien tuvo un hermano que perdió la vida en combate durante la guerrilla de finales de los años 70.

Tengo mis ideas y no chocan con el mundo del boxeo en Estados Unidos. Son cosas aparte y yo decido lo que pienso, agregó.

Así ha conducido su carrera desde La Esperanza, en Managua, hasta convertirse en la estrella del boxeo en el vecino país del norte, como cuenta su entrenador, Arnulfo Obando, reconocido también como uno los mejores del momento y quien fue guerrillero durante la revolución sandinista.

El gobierno nicaragüense nos ha apoyado, pero uno tiene sus ideales firmes y eso está aparte de lo que se vive en el boxeo, señaló Obando.

Ha sido un proceso de asimilación para el Chocolatito –explicó–, pues vivió momentos de confusión al verse abrumado por una riqueza impensable para un muchacho. En 2009 fue criticado al comprar su primer auto, un Mercedes Benz que no sabía conducir.

Era como un niño con juguete nuevo y pues se le salió de control, pero necesitó consejos para sentar cabeza y en eso ayudó mucho Alexis Argüello, expuso Obando.

Argüello fue referente –como para muchos jóvenes en Nicaragüa– de González. Ahora que recobró sosiego con el éxito, Chocolatito quiere replicar esa influencia en los muchachos de su país.

Como muchos boxeadores, yo quería una casa. Esa motivación me sacó adelante y hoy que soy campeón quiero que otros la tengan. Para mí, el compromiso más grande es con el pueblo nicaragüense, principalmente con los jóvenes, y si puedo ser su influencia, es suficiente para estar orgulloso, concluye el Chocolatito, cuya mayor aspiración en este deporte es convertirse en tetracampeón del mundo y recibir un millón de dólares en su próxima pelea.