Padres de los 43 estudiantes desaparecidos de la normal de Ayotzinapa acudieron este viernes al predio de Tetelcingo, donde la Fiscalía General del Estado (FGE) inhumó ilegalmente al menos 119 cuerpos –oficialmente acepta uno menos– y solicitaron cotejar sus pruebas de ADN con los cadáveres recuperados.

Melitón Ortega, vocero de los paterfamilias, subrayó que aunque quieren encontrar a los normalistas con vida, aceptan la posibilidad de que así como los desaparecieron en Iguala, Guerrero, el 26 y 27 de septiembre de 2014, los hayan trasladaro a Morelos y enterrado en estas fosas clandestinas.

Informado por Alejandro Vera Jiménez, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), de que existe otra fosa clandestina de la FGE en el municipio de Jojutla, Melitón Ortega dijo que allí también se debe investigar, ya que está más cerca de Guerrero.

Tras 12 días, ayer concluyó la exhumación de cuerpos. Los peritos de la Procuraduría General de la República, de la Comisión Nacional de Seguridad, de la UAEM y de la FGE desenterraron un total de 117, mismos que depositaron en el panteón Jardines del Recuerdo.

La FGE informó que el 28 de marzo de 2014 sepultó allí 118 cadáveres, de los cuales, por orden de un juez, el 9 de diciembre de ese mismo año exhumó los de Oliver Navarrete y los de una maestra de Yautepec, por lo que, según sus cuentas, se encontrarían allí los restos de 116 personas. Sin embargo, en las fosas se encontraron un cuerpo de más (117) y 12 extremidades que al parecer pertenecen a diferentes personas, cuyos troncos no se sabe dónde quedaron o fueron sepultados. Una se contabilizó como cuerpo.

Valentina Peralta Puga, coordinadora de la Red de Eslabones por los Derechos Humanos, informó que entre los restos se hallaron los de tres menores de edad, lo cual confirmó el fiscal Javier Pérez.