Veracruz, Ver.

Es una estrategia de desesperación y venganza, dijo Jorge Winckler, abogado de Javier Fernández Gómez, padre de la joven que acusó a cuatro jóvenes conocidos como Los Porkys de haber abusado sexualmente de ella en enero de 2015, después de que los padres de dos de ellos presentaron una denuncia en contra de su cliente por privación ilegal de libertad, daños, extorsión, amenazas y lo que resulte.

Felipe Capitaine y Héctor Cruz, progenitores de Enrique Capitaine y Diego Cruz, respectivamente, interpusieron ayer por la mañana la querella en la agencia primera del Ministerio Público con sede en este puerto, en contra de Javier Fernández Gómez y de Ricardo Fernández Rivero, propietario del café La Parroquia, por los mismos delitos.

En entrevista, Jorge Winckler comentó: Tengo conocimiento de la demanda por la declaración que uno de ellos (Felipe Capitaine) dio a un medio nacional, pero no hay nada formal. Hay que esperar el requerimiento del Ministerio Público para ver en qué sustentan sus señalamientos.

Desestimó las acusaciones: Lo que señalan no es creíble. En las reuniones participaron cuatro familias contra una sola persona (Javier Fernández). No pueden decir que había inferioridad numérica en relación a fuerza física. Además, nadie fue obligado a ir a estos encuentros, de los que hay audios, que son públicos, y en ninguna parte se escucha que alguno de ellos esté siendo coaccionado.

Por la mañana, en una entrevista radiofónica, Felipe Capitaine, ex presidente municipal de Nautla y ex delegado de tránsito en Boca del Río, dijo que la querella que presentó contra Fernández Gómez y contra Fernández Rivero responde a lo sucedido el 29 de abril de 2015.

Relató que ese día los padres de los jóvenes acusados de violar a Dafne fueron citados por Javier Fernández en el café La Parroquia, en la calle 16 de Septiembre.

El señor javier Fernández se dirigió a nosotros diciéndonos, como si fuera un gran juez, que me había citado porque mi hijo estaba metido en un gran problema y nos empezó a hablar de violaciones y cuestiones tumultuarias, recordó.

Agregó que Javier Fernández comenzó a atacar a su hijo verbalmente, lo que, apuntó, lo dejó perplejo. Mi hijo le pedía insistentemente la palabra cuando le hacía acusaciones y nunca le dio oportunidad de defenderse. De hecho, le decían que era un chacal, un hijo de la chingada, que habían mandado matarlo y se escapó por cinco minutos, contó.

En ese local nos encerraron con doble llave y no podía salir. Cuando me di cuenta para qué había sido llamado, porque fui citado con engaños, no pude salir. Hasta la tercera ocasión que se los pedí fue como accedieron a dejarme salir, aseveró Capitaine.

Sobre la acusación de extorsión, Capitaine refirió: Cuando estábamos en la reunión, casi al finalizar, nos dicen que estaban formando una fundación para apoyar a niñas violadas y nos hablan de la aportación de un millón de pesos (por familia). Además, nos amenazan de que si no se da esa aportación nuestros hijos serían denunciados, cosa que pasó.

El padre de Enrique aseveró que dichos señalamientos fueron manifestados ante el MP desde que acudieron a declarar como parte de la investigación 592/2015, en octubre de 2015, y luego en marzo de este año. La obligación del MP era investigar y no lo hizo, y luego en marzo se hizo un escrito donde se pide eso y otras cosas, y no se hicieron, reprochó.

Aunque no estuvo en la agencia del MP, Jorge Cotaita, dedicado a la renta de inmuebles y padre de Jorge (otro de los acusados), respaldó la demanda, que no sólo va contra el padre de la menor, sino también involucra a Ricardo Fernández Rivero, que intentó mediar al inicio del conflicto.

Felipe Capitaine mencionó que su hijo se encuentra en el estado de Veracruz, pero negó saber el lugar preciso de su paradero, y si lo supiera no lo diría. Envió un mensaje a Dafne: Que no haga daño. Se van a enterar más adelante de otras conductas de este tipo. Se van a enterar de la forma como operan el padre y la hija.

Manifestó que para su familia y la de los otros tres jóvenes involucrados ha sido muy difícil este proceso, en el cual sus hijos están siendo juzgados y marcados de por vida por un delito que no cometieron y por las mentiras que ha dicho el padre de esta señorita a través de los medios.

A finales de abril, la fiscalía general de Veracruz solicitó al juzgado tercero de primera instancia las órdenes de aprehensión contra Enrique Capitaine, Jorge Cotaita y Diego Cruz; Gerardo Rodríguez fue absuelto con el argumento de que sólo fue observador del ataque sexual. Capitaine fue acusado de pederastia simple, y Cotaita y Cruz de pederastia agravada, según la causa penal 83/2016.

Jorge Winckler informó en ese entonces que Capitaine puede purgar una condena de seis a 20 años de cárcel, y Cotaita y Cruz, de 12 a 40 años. En ambos casos no existe derecho a fianza.