Un ambiente de tensión se vive desde anoche en el mercado de Río Frío, ubicado en la calle de Oriente 110, en la delegación Iztacalco, luego de que, resguardado por un grupo de granaderos, personal de la demarcación quiso sorprender a los comerciantes e intentó entrar al inmueble para demoler los locales que fueron desalojados el pasado martes.

Apoyados por los vecinos, los locatarios impidieron el ingreso de los uniformados, lo que generó un conato de enfrentamiento, que no pasó de empujones entre ambas partes.

La tensión en el lugar comenzó por la mañana, cuando elementos policiacos llegaron e hicieron rondines alrededor del mercado de chácharas, seguidos del arribo de camiones de volteo, trascabos y empleados del área de limpia con mazos y picos.

Los comerciantes se organizaron y encararon al personal enviado por la delegación para exigirle que mostrara la orden para efectuar la demolición del inmueble, la cual no presentó.

Después de 15 minutos se retiraron. Sin embargo, al anochecer regresaron, lo que provocó la movilización de los comerciantes y vecinos, quienes se atrincheraron con costales sobre las calles Oriente 112 y Sur 183, en la colonia Gabriel Ramos Millán.

Estamos temerosos de lo que pueda suceder, pero defendemos nuestra fuente de trabajo. El problema es que ninguna autoridad da la cara ni presenta algún documento con la orden para ejecutar la demolición, lo que ha generado la resistencia, expresó Ivone Mojica, una locataria.

Los comerciantes indicaron que el martes pasado, cuando se realizó el desalojo, acudieron a la delegación, donde los enviaron de oficina a oficina sin darles ninguna información sobre el destino de la mercancía que saquearon de los locales.

Señalaron que ya acudieron a presentar una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y una denuncia penal ante el Ministerio Público por el despojo del que fueron objeto.

El mercado de chácharas, que fue constituido a mediados de la década de los años 70, cuenta con 515 locales, con acceso por cuatro calles: Oriente 110, Sur 177, Oriente 112 y Sur 183.

Hasta el cierre de la edición, los comerciantes se mantenían en alerta para impedir el ingreso de maquinaria pesada y de personal de la delegación.