Brasilia.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reafirmó este miércoles que luchará hasta el último minuto contra el intento de golpe, al referirse al proceso con miras a su destitución que avanza en el Congreso, y prometió formar un gobierno de unidad nacional si sobrevive al impeachment.

El gobierno luchará hasta el último minuto del segundo tiempo por algo que creemos factible, que es derrotar esta tentativa de golpe que intentan hacernos con un informe que es un fraude, declaró, en referencia al documento aprobado el pasado lunes por una comisión parlamentaria que recomienda abrir un juicio de destitución en su contra.

En una entrevista que concedió aquí a diez periodistas brasileños, la mandataria, acusada de manipular las cuentas públicas en 2014, el año de su relección, y también en 2015, dijo que su gobierno tiene todas las condiciones de ganar en el Congreso, y advirtió que si su destitución se lleva a cabo, ella pasará a ser una carta fuera del mazo.

Rousseff, ex guerrillera de 68 años que desafió a sus torturadores durante el régimen militar (1964-85), no descartó interponer un recurso judicial ante el Supremo Tribunal Federal, en caso de que la moción de impeachment sea aprobada por la Cárama de Diputados el próximo domingo. No garantizo que no lo hagamos. No sabemos si lo haremos ni en qué momento, afirmó la gobernante.

La primera gran batalla tendrá lugar el próximo domingo, cuando la oposición en la Cámara de Diputados necesita un mínimo de 342 votos para dar continuidad al proceso y evitar que sea archivado.

La presidenta, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), minimizó que el Partido Progresista (PP) y el Partido Republicano Brasileño (PRB) anunciaron el martes que le retiraban su apoyo en la importante votación del domingo. Ahora en la recta final vamos a sufrir una guerra sicológica con el objetivo de crear un efecto dominó, expuso.

Los partidos salen del gobierno, pero las personas se quedan. Hay variantes. No hay una relación tan lineal entre líder y liderados, indicó, al referirse a las decisiones de los partidos como tales, y el voto que puedan dar luego los legisladores.

En sus planes, en caso de lograr que el plenario de la Cámara Diputados archive el proceso en su contra, propondrá un nuevo pacto entre todas las fuerzas políticas, sin vencedores ni vencidos. No se hace un pacto con odio, afirmó.

Tenemos que mirar todos los lados de Brasil. Respetar las conquistas adquiridas. (Participarían) trabajadores y empresarios. Todas las fuerzas económicas y las representadas por los movimientos sociales, añadió.

Sobre la posibilidad de que se llame a nuevas elecciones como forma de superar la crisis política, algo que fue defendido desde diversos sectores, indicó que en este momento no discutiría esa hipótesis, que contraría lo que yo defiendo.

Pero subrayó: respeto la propuesta que pase por el voto popular. Mi visión no es esa, pero la respeto.

Rousseff volvió a criticar con dureza al vicepresidente Michel Temer y al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, correligionarios en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que asumirían, respectivamente, la presidencia y la vicepresidencia en caso de que sea destituida.

La mandataria acusó a ambos de ser el jefe y el subjefe del golpe. Lo que no sé es quien es el jefe y quien el subjefe. Ustedes tampoco saben. Son socios. Uno no actúa sin el otro. Aquí nadie es ingenuo, señaló.

Reiteró que la divulgación el lunes de un audio en el que Temer se dirige a la población como si el juicio en su contra ya hubiera sido aprobado en el plenario de la Cámara de Diputados fue premeditada y no accidental, como se dijo.

Aseveró que si acaba despojada del poder, tal vez no habrá consecuencias inmediatas en Brasil, pero la situación “marcará en forma indeleble la historia del país.

Hay una situación de golpe en Brasil en la cual conspiran tanto los que actúan a favor, abiertamente, como los que no aparecen, resaltó.

En todo caso, políticos comenzaron a visitar esta semana la residencia de Temer para ofrecer su respaldo, afirmaron sus aliados. Líderes del empresariado han dado su apoyo a Temer, quien promete medidas más amistosas para el mercado y menos intervención gubernamental para rescatar a la séptima economía más grande del mundo de su peor recesión desde la década de 1930.

Temer dijo el martes que está preparado para formar un gobierno de transición que saque a Brasil de la crisis política, lo que avivó especulaciones de que está formando un gabinete en las sombras. El lunes comenzará a pensar en un gabinete si el domingo se vota por el juicio político, dijo el portavoz Marcio de Freitas.

Enjuiciadores bajo sospecha

De los 38 diputados que votaron el lunes a favor de la apertura de un juicio político a Rousseff, 36 son investigados por irregularidades, reportó la agencia de noticias del PT. La cifra representa 94.7 por ciento de los legisladores favorables al proceso de destitución de la jefa de Estado y abarca a integrantes de 15 partidos políticos, precisó la fuente.

El hecho, agregó, contrasta con la decisión de aceptar un impeachment sin la existencia de un delito de responsabilidad y contra una funcionaria pública sobre la cual no existe acusación alguna de haber practicado ningún acto de corrupción.

Entre los diputados investigados figuran Jovair Arantes, del Partido Laborista Brasileño (PTB, por sus siglas en portugués), el relator de la comisión que recomendó el impecahment, así como Paulo Maluf (PP), el pastor Marco Feliciano, del Partido Social Cristiano (PSC); Washington Reis (PMDB) quien responde a 30 procesos; Alex Manente, del Partido Popular Socialista; Nilson Leitao, Bruno Cobas, Jutahy Junior; Paulo Abi-Ackel y Bruno Araujo, todos del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).

También están en la mira de la justicia Lucio Vieira y Osmar Terra, del PMDB; Danilo Forte, Tadeu Alencar y Fernando Bezerra, del Partido Socialista Brasileño, Eduardo Bolsonaro (PSC), los demócratas Elmar Nascimento y Mendonza Filho, así como Benito Gama (PTB).

El portal Vermelho, del Partido Comunista de Brasil, consideró un atentado a la democracia y al orden institucional que el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, reo de la justicia federal, presida la votación del impeachment. El diputado comunista Daniel Almeida acusó a Cunha de maniobrar para favorecer la creación de un ambiente favorable al juicio político, subrayó Vermelho.