En el país hay entre 14 y 18 volcanes activos, por lo que se debe estar atento en su observación y estudio. Los dos con mayor actividad eruptiva son el volcán de Fuego de Colima y el Popocatépetl, que se encuentra en los límites de los estados de México y Puebla, aseveró Hugo Delgado Granados, jefe del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica (IG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Agregó que si bien la reciente actividad de Don Goyo ha sido constante y fuerte, hasta ahora no rebasa los niveles que ha tenido en más de 20 años, por lo hay que seguir las medidas de protección civil decretadas por las autoridades.

Percepción

Existe la percepción social, señaló, de que la actividad del Popo es mayor a la que se ha dado en otros años. Sin embargo, acotó, esto se debe a que hoy hay más personas observándolo gracias al consorcio Webcam, cuyas cámaras graban al coloso.

Debemos tener claro que una cosa es la percepción y otra el rango real de actividad medido con criterios científicos. En estos días, si bien ha aumentado la liberación de energía, ésta se encuentra dentro de los parámetros conocidos del volcán. Ha habido fases muy explosivas, como en 1997, a finales de 2000, principios de 2001 y en 2013. La del domingo fue menor.

El científico enumeró algunos de los volcanes activos del país: Tres Vírgenes, en Baja California; San Juan y Ceboruco, en Nayarit; Bárcena, en Baja California Sur; Everman y de Fuego, en Colima; Tacíntaro y Paricutín, en Michoacán; Nevado de Toluca, en el estado de México; Iztaccíhuatl, en los límites de los estados de México y Puebla, y Malinche, en Tlaxcala.

Granados aseveró que debe ponerse atención en que el siguiente cuerpo de lava del Popocatépetl no rebase los límites de la boca y comience a derramarse por un costado, lo que implicaría un cambio importante en su dinamismo.

La mayor actividad de este volcán, recordó, se dio en el año 800 de nuestra era, es decir, hace más de mil 200 años. Fue prácticamente su última gran erupción. No sabemos cuáles son los premonitores; la apuesta institucional y científica es que si lo observamos instrumentalmente de manera constante, podríamos encontrar algún comportamiento que salga de sus actuales parámetros. Gracias a ello podríamos anticiparnos a un evento de mayor magnitud.

Detalló que el Popo es vigilado por personal del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), del IG y de otras instituciones de la UNAM, que tienen comunicación muy eficiente con el Sistema Nacional de Protección Civil, por lo que la población debe seguir las indicaciones que éste emita.