En México la educación enfrenta varios problemas estructurales, desde la desigualdad social, que impacta en la posibilidad de acceso, permanencia y conclusión de los estudios, hasta la exclusión de 43 por ciento de la población de 15 a 65 años que se encuentra en rezago educativo y los 5.4 millones de personas que no saben leer ni escribir.

Especialistas afirmaron que pese a décadas de reformas en el sector prevalecen políticas gubernamentales que no han sabido responder a las necesidades educativas de los mexicanos y han sido elaboradas y ejecutadas sin la participación, el consenso y la credibilidad de docentes, alumnos y padres de familia, que impide convertirlas en verdaderas políticas públicas.

Reunidos en un debate convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, los investigadores Manuel Pérez Rocha, Hugo Casanova Cardiel y Manuel Gil Antón reflexionaron sobre los retos que enfrenta la educación, el papel que han tenido diversos actores sociales en el diseño y aplicación de las acciones de gobierno en la materia, así como los logros y limitaciones del magisterio organizado.

Manuel Pérez Rocha, ex rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, señaló que el sector empresarial, a diferencia de lo que ocurría en el siglo XX, desde hace más de una década ha mostrado un abierto interés por intervenir directamente en los asuntos educativos, de los que siempre estuvo atento, pero sólo había incidido en temas que considera centrales, como los contenidos de los libros de texto. Hoy la oligarquía organizada ha decidido determinar qué pasa en la educación.

Esto implica, agregó, que el magisterio organizado enfrenta uno de sus mayores retos, pues ahora que “lucha contra los intereses del sector empresarial, el escenario ha cambiado. Ya no es la resistencia magisterial contra el charrismo sindical: ahora enfrenta a la oligarquía organizada. La batalla que deben dar los profesores es formidable, porque es en contra de los intereses más poderosos de este país”.

Por su parte, Hugo Casanova, profesor del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (Issue) de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que en años recientes se han profundizado las desigualdades sociales, pero también prevalece una errática simplificación de los problemas de la educación.

Hemos sido testigos, agregó, de su manejo vertical y autoritario, pero también de una reforma tecnocrática con la que se ha impuesto un esquema de evaluación que, lejos de apelar a los factores sustantivos de la educación, privilegia su carácter burocrático y punitivo.

Consideró que avanzar en la agenda educativa requiere fortalecer al magisterio nacional, pero también avanzar en la superación de la demagogia y asumir una educación dialógica, alternativa y democrática.

En tanto, Gil Antón, profesor de El Colegio de México, destacó que la reforma que impulsa la actual administración federal ha tratado a los docentes de mudos e invisibles. Les ha dado un papel de infantes, de incapaces de hablar. La patria potestad educativa la ejerce un poder que ha decidido tratar como menores de edad a los educadores y, por tanto, ha buscado silenciar al principal actor del proceso educativo.