ber ya anunció que llegará a Aguascalientes, entidad donde el gobernador Carlos Lozano de la Torre prometió repartir concesiones de taxis una vez pasados los procesos electorales extraordinarios. Entre los comentarios, dijo que no tendría el cargo de gobernador sin la ayuda del gremio taxista, al que se rindió prometiendo que no toleraría la entrada de Uber, con el argumento de que este modelo de negocio no es compatible con los ordenamientos legales vigentes.

Ante la incomodidad del anuncio de Uber, el gobierno estatal ha dicho que los taxistas en el estado ofrecen garantía de un transporte adecuado y seguro. Pero es mentira que los choferes de taxi estén capacitados para proporcionar un buen servicio, mentira que las unidades sean cómodas, que exista plena identificación en ellos, pues no todos los conductores cuentan con su tarjetón a la vista. Mentira que el cobro sea justo y que los choferes tengan un salario digno.

El gobierno estatal no cumple con su parte, la que está en la ley y que lo obliga a promover la capacitación, la mejora de unidades, sistemas de accesibilidad más eficientes, exámenes de confianza y mejoramiento de las condiciones laborales y de ingresos a los choferes. Es también obligación del gobierno vigilar que los vehículos de transporte privado no presten ningún tipo de servicio público y, en su caso, detenerlos cuando éstos no cuenten con el permiso correspondiente. Ese argumento se usará contra la empresa y con ello se justificará impedir la necesaria competencia.

El punto no es si se necesita Uber. En un estado donde no se cumple la ley, ¿qué garantías hay? Ante la llegada de un servicio mejor, es fácil hacer a un lado el compromiso que tiene la autoridad de vigilar que ese servicio se proporcione en las mejores condiciones. La entrada de Uber sería un apretón de tuercas para la modernización del servicio y eso sólo le conviene a la ciudad; la competencia siempre es buena, pero no a cambio de abandonar las obligaciones que el gobierno tiene. La llegada de la empresa traerá el encono de muchos en un año complicado de procesos electorales.

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