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Es uno de los responsables de que la izquierda nacionalista vasca se desvinculara de la violencia

Otegi sale de la cárcel de Logroño, donde cumplió seis años y medio de condena

Hoy dirigirá un mensaje a familiares y simpatizantes desde las puertas de la prisión

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Arnaldo Otegi, líder de la izquierda nacionalista vasca, fue detenido en octubre de 2009 acusado de intentar reconstruir el aparato político de la proscrita coalición Batasuna. Tras cumplir su condena, hoy sale de la cárcel y de inmediato viajará a Elgoibar, su pueblo natalFoto Hodei Otegi
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 1º de marzo de 2016, p. 19

Madrid.

Arnaldo Otegi, el líder más carismático de la izquierda independentista vasca, saldrá hoy en libertad después de permanecer seis años y medio en la cárcel de Logroño, donde cumplió condena por el delito de pertenencia a organización terrorista. El dirigente político, de 57 años, será a partir de ahora una voz imprescindible en la región, de cara a la pacificación definitiva del conflicto y en la lucha de un proyecto político de secesión y de construcción de un nuevo Estado vasco que reconozca las siete provincias.

Otegi fue detenido en octubre de 2009 acusado de intentar reconstruir el aparato político de la proscrita coalición Batasuna, considerada brazo político de ETA, declarada ilegal en aplicación de la Ley General de Partidos Políticos. Era una época de mucha tensión en el País Vasco, sobre todo a raíz de la ruptura de la tregua por ETA, que derivó en el fracaso del proceso de paz que comenzó con el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Otegi luchó para que la izquierda abertzale (nacionalista) tanto sus organizaciones políticas, sociales y sindicales, rechazaran sin ambages el uso de la violencia con fines políticos, lo que permitió años después uno de los grandes hitos de los últimos tiempos en la región: la declaración de ETA del cese definitivo de la lucha armada.

A pesar de que Otegi fue uno de los principales responsables, incluso desde prisión, de que la izquierda independentista vasca se desvinculara de la violencia y con ello obligar a la propia ETA a ceder en su apuesta por mantener la lucha armada, la maquinaria de la justicia y la policía españolas continuaron el proceso en su contra. Junto a él fueron condenadas cinco personas más, en una primera sentencia dictada por la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, que le impuso diez años de cárcel.

Los abogados de Otegi presentaron un recurso ante el Tribunal Supremo, que le redujo la pena a seis años y medio. Con su liberación, este martes, se pone fin a uno de los encarcelamientos más polémicos de los últimos años en España y que ha despertado el interés de diversas personalidades e instituciones del mundo, entre ellos varios premios Nobel como Adolfo Pérez Esquivel y Desmond Tutu.

Esta liberación abre un nuevo escenario tanto para Otegi como para Sortu, el partido político del que ha sido secretario general desde prisión, y que hoy está presente en numerosas instituciones del País Vasco y que tiene amplia representación.

De hecho, a las puertas de la prisión el dirigente vasco dará un mensaje a sus simpatizantes y familiares, antes de viajar a su pueblo natal Elgoibar, donde le esperan una serie de homenajes que tendrán como colofón un acto multitudinario el próximo sábado en el velódromo de Anoeta, en San Sebastián.

Sus detractores, sobre todo las organizaciones más radicales de víctimas de la violencia etarra, se oponen frontalmente a estos actos y solicitaron a la Audiencia Nacional prohibir los homenajes. El juez Eloy Velasco rechazó la petición con base en el derecho fundamental de reunión y manifestación, si bien ordenó a la policía vigilar los actos para asegurar que no se cometan delitos de enaltecimiento del terrorismo.

El magistrado destacó que los informes policiales apuntan a que los tres actos son convocatorias plurales de diversos ámbitos y que nadie ha manifestado intención de convertirlos en actos que ensalcen o recuerden actividades terrorista o a miembros de ETA.

A lo largo de estos años, y a pesar de su reclusión, Otegi siempre ha pugnado por una salida política del conflicto y por desarrollar un proyecto de cariz independentista y socialista que luche por los derechos de los más desfavorecidos y por la construcción de un Estado vasco independiente y libre.