La Máquina arrolló 4-0 y bajó de la nube a un Monterrey que llegó al estadio Azul con la etiqueta de flamante líder del torneo y que presumía un ataque temible. Sin embargo, prevaleció la maldición o las estadísticas que indican que Antonio Mohamed –con el equipo que sea– recibe invariablemente goleadas en este inmueble.

Los Rayados, que llegarán humillados y ofendidos al clásico regio, no saben ganar en esta casa y cedieron la punta en la lista de equipos goleadores a los Cementeros, que ahora suman 17 puntos contra 16 de los regiomontanos, que también dejaron de ser el cuadro menos goleado.

Los celestes impusieron su ley desde el primer tiempo, que concluyó con un rotundo 3-0. Desde temprano instalaron la fiesta en las gradas de su inmueble, a pesar del frío y del penal fallado por Joffre Guerrón, el único que desentonó y erró al menos otras dos claras oportunidades.

El líder del torneo no dio visos de vida, estuvo desconcertado y entumido. Al minuto nueve Omar Mendoza inauguró el tablero con un cabezazo cruzado a pase de Julio César Domínguez. La gente olfateó el festín y comenzó a lanzar silbidos al equipo visitante y oles a La Máquina.

Los regios no reaccionaron ni porque el Turco Mohamed salió de la banca y se paseó en su área. En contraste, los cementeros lucían inspirados, verticales, veloces, y al 29 asestaron el segundo golpe.

El catalán Víctor Vázquez recibió el esférico de Ariel Rojas y dio excelso pase para Jorge Benítez, quien definió también de maravilla ante la atrabancada salida de Jonathan Orozco para el 2-0.

Guerrón recibió una falta y Vázquez cobró. En la barrera Rogelio Funes Mori se giró y detuvo con la mano, por lo que el silbante Roberto García Orozco marcó penal. Al 32 Guerrón tiró sin fuerza desde los 11 metros, Jonathan se lanzó a la izquierda y desvió.

Dos minutos después el mismo Guerrón recibió un gran pase, estaba frente a segundo poste ante el marco abierto pero falló de manera increíble.

Para entonces los Rayados eran un sparring para el lucimiento de los pupilos de Tomás Boy. Al 39, Joao Rojas envió pase a Benítez, quien eludió a Orozco y definió por el centro para el 3-0.

Tras el pitazo rumbo al descanso, Walter Gargano fue a provocar al portero local Jesús Corona; se dieron empujones y el árbitro amonestó a ambos.

Al minuto 50 el juez ignoró lo que parecía un penal cometido por Ricardo Osorio sobre Benítez. El Turco sacó a Ricardo Osorio por Jesús Zavala al 61, pero nada mejoraba en el feudo rayado; al contrario, los jugadores estaban furiosos

Luego de un tiro de Rojas, que estaba sin marca y que pasó cerca del ángulo superior derecho, el público estalló con el grito de “¡Cha-co, Cha-co…!”

Desde un palco el suspendido técnico local decidió redondear la tarde. Giménez entró al 71 y en su primer contacto con el balón asestó increíble cabezazo de palomita que entró pegado al poste derecho de Jonathan al 71 para el 4-0 que significó la cereza en el pastel.

Al minuto 89 Cruz Azul se quedó con 10 hombres por la expulsión de Benítez por aplicar una patada a José Basanta.

Mohamed admitió que el 4-0 nos salió barato, aunque no quiso dar crédito a La Máquina: No fue el rival, pasa más por lo que dejamos de hacer nosotros... Fuimos la sombra de lo que somos siempre. No dimos ni un pase bien a cinco metros de distancia y así es difícil, veremos lo que ocurre en la semana. Esto puede servir para poner los pies sobre la tierra, que nos dé un baño de humildad.

Señaló que la institución rayada no merece esto: Soy responsable y es triste, estoy apenado; esto a veces se juega con el corazón.

Tras recalcar que este partido no refleja nuestra realidad y tampoco la de Cruz Azul, rió y agregó: Capaz que es la cábala: que venga acá, nos metan cuatro, cinco goles y luego salgo campeón.

El Güero Aceves sostuvo que Cruz Azul hizo las cosas diferente, un planteo inteligente y los jugadores entendieron. Tampoco hay que echar las campanas al vuelo, habrá que poner los pies en la tierra sin menospreciar a nadie. Por fortuna la gente quedó contenta, merecen mejores cosas, han sufrido en los recientes años cosas difíciles. Sólo pretendemos jugar bien al futbol y agradar.

El auxiliar de Boy se inconformó por la tarjeta roja de Benítez: Es injusto después de un partido de esta naturaleza, pero siempre hay un negrito en el arroz.