La noción del fetiche en el objeto desde un cruce entre religión y sensualidad es la propuesta curatorial de la muestra Barragán fetichista, conformada por 24 obras de la Colección Femsa, una de las colecciones de arte moderno y contemporáneo más destacadas en América Latina.

La exposición, que estará del 28 de enero al 3 de abril próximo en la Casa Luis Barragán, forma parte de la plataforma cultural Estancia Femsa, cuya curaduría está a cargo de Eugenia Braniff y Patrick Charpenel.

Este proyecto busca enriquecer la oferta cultural en la ciudad de México, al tiempo que propone una reflexión sobre nuestro mundo y hace eco de la sensibilidad creadora del arquitecto mexicano.

Catalina Corcuera, directora de Casa Luis Barragán, considera que el proyecto Estancia Femsa permitirá explorar nuevos formatos expositivos, haciendo hincapié en mantener intacto el valor histórico del espacio, al mismo tiempo insertarlo dentro de nuevos diálogos en el contexto cultural actual.

Tener ahora esta colección de visita en Casa Luis Barragán es muy interesante, porque el curador Willy Kautz estudió muy bien los espacios, los objetos y la obra de Barragán para que las piezas no se vea que llegan a un espacio, sino que forman parte de él. La obra está bien instalada, señaló Corcuera.

Contexto poco convencional

Kautz explicó que la propuesta se articuló a partir de entender la concepción estética de Barragán e introducir las piezas en un contexto no convencional, no expositivo como la casa del artista mexicano.

“Necesitaba una teoría del objeto y de ahí viene la idea del fetiche. Teorizar el objeto desde un aspecto muy particular, una excepción de nuestro concepto, es decir, de un objeto que tiene un valor y está vinculado a la religión, no tanto a la mercancía, que son las versiones del fetiche dominantes hoy día.

Para vincular la idea de fetiche con el concepto de intuición, que es un concepto estético de la arquitectura emocional, empecé a trabajar la noción del fetiche desde el cruce entre religión y sensualidad, que son al final dos conceptos que están detrás de esta organización de los espacios de Barragán y que tienen que ver con el misterio de la religión y la sensualidad del objeto.

En la exhibición, que incluye piezas de Lola Álvarez Bravo, Francis Alÿs, Lygia Clark, Leonor Fini, Frida Kahlo, Juan O’Gorman, Francisco Toledo, Paula Santiago y Wifredo Lam, entre otros artistas, destaca el concepto de fetiche a través de su relación con los artefactos, elementos religiosos, esferas reflejantes y trabajos pictóricos que han habitado la casa desde que el propio arquitecto mexicano hacía uso de ella.

Sobre los aspectos estéticos que fueron fundamentales para introducir las piezas de la colección, Kautz recordó que el artista mexicano encontró el misterio de la religión y la magia de la sensualidad en la arquitectura de África y estos son los dos conceptos que se retoman en esta exposición.

Las obras están divididas en dos secciones: artistas vinculados al surrealismo y las vertientes constructivistas de los creadores latinoamericanos.

Las obras de arte emparejadas al surrealismo están en la casa habitación y son obras figurativas que hablan de objetos, e intenté hacer, a partir de lo representado, una constelación con los objetos de la misma casa para hablar de cómo estas piezas funcionan en esta cuestión mística, religiosa, explicó el curador.

Las obras se encuentran en los ámbitos de la casa que conforman el espacio íntimo habitacional, el jardín y el estudio. Asimismo en Zona Maco, que dará inicio en febrero próximo, se exhibirá también una obra que fue comisionada al artista mexicano Jorge Satorre.

Como parte de la plataforma cultural y artística Estancia Femsa, que tendrá una duración de dos años, se realizarán en total ocho actividades anuales, tres exposiciones, dos intervenciones, dos performances y la publicación del libro Barragán paisajista.

En la muestra también hay piezas de Roberto Montenegro, Jesús Rafael Soto, Eduardo Terrazas, Liliana Porter, de la venezolana Gego y la cubana Ana Mendieta.