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A la Mitad del Foro

Degradación y desgracias

E

ntre las arenas de Arabia Saudita y las nieves de Suiza se degradó Pemex, según sentencia inapelable y dictatorial de Moody’s, una de las calificadoras del crédito que hunden o ponen temporalmente a flote a las naciones de la era del economismo. Mal del mundo, diría el sereno secretario Luis Videgaray: La devaluación se acaba hasta que se acaba, declaró en Davos. Y redefinió a Yogi Berra como aristotélico filósofo neoliberal.

Pemex no se privatizó. Se desmenuzó y después de dispersar las piezas, se escuchó el aplauso autocomplaciente de Jesús Reyes Heroles González Garza. Si le parecen demasiados apellidos es que no se ha dado cuenta de la consolidación de la oligarquía en trance de plutocracia, que alguna vez fuera aristocracia pulquera por los matrimonios morganáticos posrevolucionarios de los de abajo con las criaturas de la permanencia del antiguo régimen. De todo Ancièn Régime, confirmaría en Francia François Hollande. O los borbones en España, donde encarcelaron a Humberto Moreira y lo soltaron en un par de días, en espera de que la fiscalía decida si impugna la decisión del juez Pedraz para quien no se acreditó el blanqueo de dinero. Ah, la cárcel que fuera la mejor escuela para los revolucionarios, fue ahora escuela de vida para el ex gobernador de Coahuila y ex presidente del CEN del PRI.

Tampoco se privatizó el PRI. Pero después del desplome de la hegemonía a sana distancia y la coronación de la derecha “saltapa’tras”, se dispersaron sus miembros y la Coyolxauqui se convirtió en madre de los huérfanos del Tlatoani. En 12 años destruyeron los restos de las instituciones que demolieron los últimos mandatarios del cesarismo sexenal. Y los gobernadores se transformaron en pedestres aprendices de caciques, con el aval del poder constituido que tuvo el acierto de reconocer más que la alternancia del titular del Poder Ejecutivo de la Unión, la ilusión de un federalismo nutrido por el sistema plural de partidos políticos. Y vino la hora de la segunda alternancia, fantasma del retorno del PRI y el presidencialismo omnímodo. Pero no hay retornos en los procesos históricos.

El Presidente del priato no era sino árbitro de última instancia, distribuidor de dones y del unto del futuro entre los miles de miles que respondían a la formidable definición de Carlos Monsiváis: En México todos somos priístas, salvo prueba en contrario. Y eso no cambió con el milagro milenario del arribo de Vicente Fox a Los Pinos, al Sancta Sanctorum que alojaba y siguió alojando a un mago de Oz, criollo, pero con el don que Monterroso atribuye a los enanos que se reconocen entre sí a primera vista. Nada cambió: el PAN reclutó candidatos y funcionarios entre las heces del PRI o recogió en su santo seno a los despechados, despojados de toda expectativa por la desaparición del mando y la dispersión de retoños del tronco común: en el PRI, en el Senado, en la Cámara de Diputados, con capital a la mano y capacidad de repartirlo, o casi.

En cambio los gobernadores eran señores de horca y de las arcas de sus islas baratarias. Felipe Calderón, buscó la fórmula de la pasión de mandar en la derecha española. Después de todo, el panismo de Gómez Morín pedía que nadie se ilusionara para que no hubiera desilusionados; y el clon del Bajío, el que echó al PRI de Los Pinos, llamaba a hacer una revolución como la Cristera, y se olvidó del Cerro del Cubilete, del conservadurismo decimonónico, para adorar en el altar del poder del imperio vecino y adorar el vacío de George W. Bush. Felipe Calderón encontró en Aznar al profeta que lo hizo soñarse nuevo Macabeo. No joven como Miramón, pero dispuesto a la guerra; a combatir al crimen organizado con las tropas del Ejército y la Marina. Y el centralismo volvió por sus fueros.

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En la jornada electoral del 5 de junio no habrá carro completo priísta, pero el líder nacional del tricolor confía en que el marcador final será muy favorableFoto María Meléndrez Parada

Mando único. Pero en política hace falta la concertación, el acuerdo de las fuerzas dominantes en el sistema plural de partidos. Y Enrique Peña Nieto, candidato surgido de una coalición de gobernadores, negoció con el PAN y el PRD: logró el Pacto por México. Notable ejercicio político, pero fundado en la fuerza centrípeta que había devorado a la izquierda, la derecha y al plural PRI que había dejado atrás toda idea radical, marginado al movimiento agrario, demolido al sindicalismo obrero. Todos de acuerdo, hasta que llegaron las elecciones de medio sexenio, el democrático reparto del poder con adjetivos. Pero ya eran realidad las reformas constitucionales que demandaban cambios de tal dimensión. Y los tropiezos y errores en el trayecto; los crímenes por omisión o ausencia de oficio político: crimen imperdonable este último.

En las alturas de la montaña mágica de Davos, la tragedia de Ayotzinapa no tuvo, no tenía, espacio en las mesas de trabajo ni en las conferencias de los dueños del dinero y los que ejercen el poder político. Pero el narcotráfico sí. Mal de todo el mundo hubiera dicho Luis Videgaray. Lo de El Chapo ocupó las primeras planas, el ágora electrónica global y las redes implacables de la simultaneidad. En el panel Una nueva agenda para América Latina, en diálogo con el escritor venezolano, Moisés Naím, el presidente Peña Nieto reconoció que su gobierno pasó momentos difíciles, de tensión cuando Guzmán Loera se evadió de prisión. Más que eso, se desbordaron la crítica, los señalamientos burlones, la desconfianza y el desprestigio.

Se concederá la extradición que Wa-shington había solicitado formalmente ante un juez. El dilema no consistía en confesar incapacidad institucional, ni en retener al criminal para no admitir las presuntuosas declaraciones públicas de que aquí cumpliría su sentencia y en unos 400 años se concedería la extradición. La experiencia comprobaba que los capos extraditados de inmediato negocian con los fiscales del otro lado del Bravo y obtienen reducciones notables de sus sentencias a cambio de señalar, denunciar a sus cómplices mexicanos.

Enrique Peña Nieto afirmó que ha dado instrucciones a la PGR para que acelere el proceso y El Chapo Guzmán sea extraditado lo más pronto posible. ¿A cambio de qué? Porque el capo del cártel del Golfo, de inmediato señaló a tres ex gobernadores de Tamaulipas y dos de ellos son de hecho, fugitivos. El testigo colaborador puede indiciar a quien quiera. Sea o no, cómplice o colaborador corrupto. También puede poner la marca de Caín en quien él quiera perjudicar o satisfaga a los agentes de los organismos como la DEA, o les sea potencialmente útil tener bajo la espada de Damocles. Ojalá se conceda la extradición lo más pronto posible, pero ya negociado el intercambio. Do ut des, decían los antiguos romanos, y algo sabían de eso.

Porque además de la devaluación del peso y la caída empobrecedora del precio del petróleo crudo, Pemex es degradado y la agencia descalificadora señala que el no privatizado Pemex importará crudo ligero producido en Estados Unidos; que debido a las adecuaciones presupuestales, Pemex dejó de invertir 45 mil 599 millones de pesos en exploración, producción e investigación y desarrollo. No hay que preocuparse, como con el hecho de que el peso esté ya subvaluado y ...volverá: el FMI afirma que México claramente ya no es un país un petrolero. Mal anda Felipa que pura agua bebe, decían los campiranos antes del agua envenenada.

Doce apóstoles se sentarán a la mesa de la Conago este año. Los panistas dicen, temen, que el PRI quiera volver al carro completo. Pero Manlio Fabio Beltrones diría que no, que con el triunfo de Colima el score es de 1 a 0 y él espera que al final del año será 9 a 3.