El incremento en más de 30 por ciento de los costos de producción ante la caída del peso frente al dólar pone en crisis la rentabilidad de los pequeños y medianos campesinos, quienes estarán imposibilitados de sembrar sus parcelas, advirtieron la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), Alianza Campesina del Noroeste (Alcano) y El Barzón.

Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la ANEC, apuntó que los campesinos están atrapados en una política suicida, pues los tratados comerciales internacionales no les han favorecido. Los datos son evidentes: dependencia en arroz, trigo y maíz, entre otros, y aumento de los precios de la canasta básica.

Raúl Pérez Bedolla, secretario de Organización de Alcano, apuntó que el alza constante de los precios de los insumos han desalentado al campesinado, en una década se han dejado de sembrar un millón 760 mil hectáreas. Por el incremento de fertilizantes y semillas –cuyos precios son en dólares– los agricultores tendrán que desembolsar 2 mil pesos más por hectárea, lo que es un problema para quienes siembran granos básicos, ya que sus precios internacionales siguen a la baja.

El Barzón también expuso que el panorama no es alentador para los productores de leguminosas y granos básicos, ya que los precios internacionales cada vez se reducen más.

La situación es diferente para productores de hortalizas y de alimentos con alto valor en el mercado mundial, como aguacate, jitomate, chiles, frutos rojos y tropicales, ya que pueden recuperarse con los precios de exportación.

Mario Andrade, presidente de Anaberries, comentó que la situación es favorable, aunque en el corto plazo, pues las ventas son en dólares.