La ampliación del impuesto especial a las bebidas azucaradas logró que en 2014 los mexicanos dejaran de consumir 4.2 litros de este producto, asegura un estudio realizado por especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de la Universidad de Carolina del Norte.

Dicho análisis también prevé que de mantenerse la disminución en la demanda de esta clase de bebidas, para 2030 habrá 183 mil casos menos de obesidad y 114 mil de sobrepeso, lo que se traduciría en un incremento de 297 mil personas en un nivel normal de peso corporal y 400 mil pacientes diabéticos menos. En lugar de haber 17 millones de diabéticos, serían 16.6 millones.

En conferencia de prensa, Mauricio Hernández Ávila, director del INSP; Tonatiuh Barrientos Gutiérrez, director del área de salud reproductiva del Centro de Investigación en Salud Pública de ese instituto, y Arantxa Colchero Aragonés, coautora del estudio y experta del Centro de Investigación en Sistemas de Salud de la misma institución, precisaron que las compras de bebidas con gravamen disminuyeron en promedio 6 por ciento en 2014 y en diciembre de ese mismo año registró una reducción de 12 puntos porcentuales.

El análisis arrojó que el impuesto tuvo mayor impacto en los hogares de bajo nivel socioeconómico, con un decremento promedio de 9 por ciento en bebidas azucaradas durante 2014, descenso que alcanzó 17 por ciento en diciembre. En los hogares de nivel medio, el descenso fue de 5.6 por ciento y en los de nivel alto, de 5.5.

Los investigadores coincidieron en señalar que de ser más elevado el gravamen, serían mayores los logros en materia sanitaria. Tener un impuesto mayor tendría beneficios más amplios, por ejemplo, si fuera de 30 por ciento, indicó Barrientos Gutiérrez.

El director del INSP subrayó que los resultados del análisis se publicaron en el British Medical Journal del Reino Unido y acotó que se trata del primer estudio integral revisado por pares, que analiza los efectos inmediatos del nuevo impuesto a bebidas azucaradas en México.

Discusión de método

La semana pasada el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo y la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas señalaron, con base en otros estudios, que el impuesto no redujo el consumo de calorías en los mexicanos.

Hernández Ávila indicó que no descartan dichos análisis que refiere la industria, pero es importante que los sometan a revisión minuciosa de pares independientes sin conflictos de interés. Llamó a no enfrascarse en una discusión de método.