¿Una burócrata a la CEDH?
omo presidenta de la Comisión Estatal de Atención y Protección a los Periodistas (Ceapp), Namiko Matsumoto Benítez se las arregló para mantener en bajo perfil las circunstancias por la que atravesó el gremio al inicio de la actual administración.
Durante los días aciagos en que perecieron unos 15 comunicadores y otros huyeron del estado, la Ceapp fue punta lanza para paliar políticamente las opiniones negativa a la gestión gubernamental. Creada ex profeso para atender y proteger
a los periodistas, dicha institución se distinguió por un silencio cómplice y plegado a las explicaciones oficiales sobre lo acontecido.
Así, la comisión no sólo fracasó como instancia pública sino su costosa nómina –a la cual se destinaba la mayor parte del presupuesto inicial de más de 20 millones de pesos anuales– nunca pudo articular un discurso que reivindicara el respeto a la libertad de expresión, mucho menos emprendió alguna acción creíble, por lo que nunca pudo ganarse la confianza ni la aceptación de los informadores.
Desde hace cuatro años ha maniobrado peligrosamente entre el desprestigio, la incredulidad y la falta de argumentos sólidos para convencer de sus buenas intenciones, como sucedió con el fotorreportero Rubén Espinosa Becerril –asesinado en la colonia Narvarte de la ciudad de México junto con la activista Nadia Vera y otras tres personas–, quien declinó el acercamiento de la comisión después de haber denunciado amenazas a su integridad.
Ahora, con un pie en el estribo y al arrancar el último año de la administración estatal, Matsumoto Benítez es una de los tres aspirantes a presidir la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), para seguir en el ámbito de la defensa de libertades ante el embate del Estado. También buscan el cargo Rafael Ortiz Castañeda y Enrique Córdoba del Valle.
Si finalmente pesan más las relaciones con el poder y se toma una decisión con base en componendas y pertenencias grupales, poco podría esperarse en la defensa de las garantías individuales si Namiko actúa como burócrata, como lo hizo en la Ceapp.