Felipe fue incongruente, descarriló la tradición democrática del partido, afirma
El ex presidente del blanquiazul reconoce que con Vicente no cambiamos el sistema político
Lunes 4 de enero de 2016, p. 12
Tres décadas militó en las filas del PAN hasta su expulsión por la falta descrita como exceso de libertad de expresión, y ahora Manuel Espino señala a Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa de ser responsables del desprestigio del partido blanquiazul, que difícilmente será protagonista en los procesos electorales del presente año y de 2018.
“Felipe Calderón, con una supuesta y sólida formación en el PAN, es una gran decepción, porque desdeñó conceptos fundamentales para Acción Nacional. Dio la espalda a la histórica tesis de que el gobierno, cualquiera que sea, no debe usar la estructura ni los recursos públicos en beneficio de un partido.
Calderón fue un hombre autoritario, prepotente, incongruente políticamente hablando, fue el que descarriló al PAN de su tradición democrática. El iniciador de una época de gran desprestigio del partido.
En entrevista, el ex dirigente nacional del PAN, quien hizo ganar a Calderón la Presidencia de la República, también atribuye a Marta Sahagún responsabilidad en la caída panista, ya que se enojó conmigo porque yo la había bajado de querer ser candidata presidencial, y en consecuencia Vicente Fox se molestó también porque su mujer se sentía ofendida por mi oposición a esa locura. Y el descarrilamiento se precipitó cuando el títere Germán Martínez Cazáres fue impuesto en el partido por su patrón, Felipe Calderón
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–¿En qué momento se quebró la tradición opositora de su ex partido?
–Fox, tal vez por respetar el enojo de Martha Sahagún, hizo un escándalo nacional que le pegó al partido. Yo dije que eso no podía ser, que esto no era una dinastía, que el poder público no era una propiedad familiar y se enojaron conmigo.
Apenas Calderón ganó la elección me pidió la presidencia del partido, puso a alguien de su confianza y a cambio me ofreció ser embajador en España; le dije que no, que estaba instalando las viejas prácticas del gobierno priísta.
–¿Qué episodios erráticos en el PAN le costaron, a la postre, la derrota de 2012?
–Con Fox se detuvo el proceso de transición y no consolidamos la democracia, no cambiamos el sistema político, con ese argumento y con esa bandera política Calderón dijo que sí lo haría, pero ¡oh decepción! En lugar de retomar la bandera de la democracia y consolidarla se montó en el vehículo de la regresión.
“Se comenzaron a reinstalar las prácticas del viejo sistema político mexicano, la corrupción, el control de la prensa o la presión a ella desde el poder. Los moches son una herencia de Felipe Calderón; con su entenado Ernesto Cordero comenzaron. Creo que Felipe sale debiendo, ahora que ha tratado de envolverse en la bandera de la honestidad, pero nadie, nadie le cree, y menos le tiene confianza.”
–¿Cómo vivió usted esa condición de ser presidente nacional del PAN con un candidato presidencial como Felipe Calderón?, ¿hubo choque?
–Fue muy tormentosa. No quería que fuera el presidente del partido y apostó en mi contra con todo. Fue muy soberbio y muy grillo.
“Me acusaba de que estaba del lado de Santiago Creel, de quien yo jamás hubiera estado en favor por cuestiones que no quisiera mencionar. Calderón tenía un problema similar al de Fox: en todo le hacen caso a las encuestas. ¡Pero esas mediciones pagadas al interés de quien suelta el dinero, nada más te dicen cómo está la realidad que quieres mirar!
“Una vez se lo dije a Calderón, ‘yo no voy a ser el primer presidente nacional del PAN que pase a la historia como un pendejo, con el que se perdió la Presidencia de la República’, y a pesar de las idioteces de Calderón lo teníamos que hacer Presidente. Yo tenía la convicción de que era preferible tener de mandatario a Felipe que a López Obrador.
Me fui incluso a platicar con la dirigencia nacional del PRI, con gobernadores, alcaldes y dirigentes estatales priístas para hacerles reflexionar en que era mejor mover el voto útil en favor de Calderón, y no desperdiciarlo con el candidato Roberto Madrazo, quien ya estaba fuera de la competencia. Todas estas cosas Calderón no las reflexionaba, él siempre quería imponer su opinión.
–Vemos a un Felipe Calderón que pretende reivindicarse ante la sociedad a pesar de los más de 100 mil muertos por su guerra contra el narcotráfico, y el desastre económico que provocó.
–Quiere reinstalarse activamente en la vida pública del país y está en su derecho de hacerlo. Tendría que ser más respetuoso de la contienda interna del PAN y de las legítimas aspiraciones de Margarita. Hace pensar que quiere ser el titiritero del proyecto de su esposa.
–Calderón insiste en que no utilizó la frase guerra contra el narcotráfico.
–Él lo dijo de su boca, con su lengua, con sus cuerdas vocales uso la palabra guerra contra el narcotráfico, y yo lo aplaudí. Cuando me di cuenta que era una ocurrencia, comencé a proponer que se revisara la estrategia del combate al crimen organizado.
“Él me decía ‘no puede ser que me pidan que deje de combatir a los narcotraficantes’ y yo le respondía: ‘a ver presidente, ¡deja de tomar! Te estoy diciendo que revises la estrategia, no que dejes de combatir a los criminales, ¡carajo!
“Pero él no entendía y decía que no le iba hacer caso a quienes pedían que dejara de combatir. Esto nos llevó a proponerle un plan que se llamó Estrategia para la paz justa, que en Colombia dio resultado. Al fin de mucho insistir, aceptó y le hicimos una reunión internacional con especialistas que le ayudaran a diseñar una buena planeación y nos dejó plantados, vinieron representantes de 32 países.
Es decir, hicimos una propuesta que se llamó Estrategia para la paz justa que tiró a la basura.
–¿Con estas declaraciones lo acusarán de político frustrado?
–Mi opinión es esa y la de los demás me tiene sin cuidado. Yo acredité con hechos cómo apoyé a Fox y cómo apoyé a Calderón.