En 2015 la revista especializada Le Blok incluyó al grupo mexicano Naff en su lista de las 15 bandas más importantes e interesantes a seguir. Y hay que oír el consejo en 2016.

En entrevista, Pablo Gav, líder de la banda, explicó que se trata de música multicanal que combina electroacústica, música clásica contemporánea y rock experimental en un formato de concierto de ocho canales de audio.

En una entrevista publicada en este medio en octubre pasado, el artista informó que Naff fue fundado y es dirigido por él; utiliza un sistema octofónico-circular que puede elevarse hasta 15 canales, en cuyo caso se incluye el sonido vertical, y de cuatro a ocho subwoofers, con lo que crea una experiencia inmersiva para el público.

Compositor, pianista y catedrático, la música de Pablo Gav se caracteriza por el uso extremo del ritmo, el virtuosismo instrumental, el diseño electroacústico de sonido, el surrealismo sonoro y la espacialización multicanal de sonido en relación con el instrumento acústico.

Gav tiene un doctorado en música electroacústica por la City University de Londres y un posdoctorado en sonido multicanal para la música por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además de un importante trabajo en investigación, docencia y divulgación musical en México y Europa. Ha ganado premios internacionales como el Prix de la Región de Aquitaine (Francia), Luigi Russolo (Italia), PAPIAM (México) y actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca.

Con casi dos años en la escena musical y considerada una de las mejores bandas nuevas de 2013 por la revista Marvin, Naff fue postulada en 2014 para irse al espacio en un disco de oro por el proyecto Forever Now, de Australia.

Experimentación con diversos géneros

Los aspectos centrales en la propuesta de Naff son la estética del sonido dislocado y el sonido en movimiento. También presenta una agresividad estructurada, un énfasis en el ritmo armónico como movimiento, un virtuosismo irreal en el piano (humanomáquina) y surrealismo en los sonidos. En la actualidad, Naff experimenta con diversos géneros como el son veracruzano, el rap y el IDM (Intelligent Dance Music).

Precisó que el proyecto trabaja con sonido tridimensional, “el famoso sonido surround, pero llevado a un nivel más desarrollado, con de ocho a 15 altavoces alrededor del público para crear una experiencia que envuelve. Es una traducción de la música para un sistema tridimensional. La envolvencia es, en términos de representación del sonido, muy superior al estereofónico. Es tridimensional.

“Por otro lado, es la exploración del sonido en movimiento. Es localizarlo en todas direcciones a un grado de diferencia. Este es el sonido en movimiento, al que llamo discolocado.

“En Londres estudié la música electroacústica, que trata las fuentes acústicas grabadas o procesadas por medios electrónicos. Allá llevan décadas explorando este terreno. Esto lo hemos visto en el cine, con el sistema surround, pero no en la música. Sólo a pocas personas, pero no ha llegado a la gente, en general. Se da en música académica, pero con Naff tratamos de combinarla con núsica clásica y elementos del rock. Esto porque se trata de sistemas complejos. Ya es una ventaja que a las casas haya llegado cierta tecnología, lo cual se debe en gran medida al cine. En los años 60 se intentó y no funcionó comercialmente. Es probable que en adelante ya se logre tener en ambientes domésticos.

Lo que pasa es que en este ámbito los compositores y productores realmente no se han dedicado a crear música para estos sistemas. Uno se enfrenta a una serie de paradigmas y de misterios de una lógica sensorial que hay que encontrar componiendo y no deducirlos, no querer encontrarlos antes. Este es el motivo por el cual no ha llegado a la gente en general, en sentido comercial y masivo. A nivel experimental lleva décadas. Otro punto es que hay gente a la que esto no le gusta. Sí.

Oímos, ilustró, en la estructura 4:40. Hay mitos sobre que los nazis decidieron pasarla a 4:40 porque en 4:42 hay mucho poder. Esto yo no lo creo, aunque sí hay un debate al respecto. Eso es otra cosa.

Se ha presentado seis veces en Europa y en noviembre pasado en Mérida, Yucatán. Avanza. En Europa hay más público que en México. Una de sus funciones es un espectáculo. “A nosotros en un concierto se nos puede ver por medio de sombras, en pantallas. También se proyecta arte visual de otros artistas y termina siendo un espectáculo audiovisual, pero lo más importante es la parte musical.

“A mí esto me interesa porque estudié música, soy compositor; cursé música clásica y siempre tuve fascinación por la grabación del sonido, por la tecnología de éste, y terminé juntando mis dos pasiones: la música instrumental, el piano, con el diseño de sonido. Esto ha ido de la mano con los sistemas multicanal. Es agradable y digerible, en unas partes, pero hay otras secciones muy agresivas. Incluso hay algunas únicamente sonoras para que el oído descanse de lo armónico de los pianos o de las percusiones. Hay partes virtuosas del instrumento.

Tengo mi proyecto central, Naff, y soy compositor de música sinfónica. Es hora, ya, de que a la orquesta sinfónica se le incluya el sonido electrónico como formato. Estoy en el plan de escribir tres sinfonías dedicadas a orquesta combinada con la electroacústica multicanal.

Habrá que seguir a Naff y a Gav en este 2016.