Para 2030, la temperatura en el Distrito Federal se incrementará entre uno y 1.5 grados centígrados, principalmente en abril, mayo y junio, y podría ser de 2.25 grados para 2050, según las previsiones del Centro Virtual de Cambio Climático de la ciudad de México.

Las proyecciones también señalan incrementos en la temperatura media de entre 0.5 a 1.25 grados centígrados para los meses más fríos: diciembre, enero y febrero, a corto plazo (2030), y hasta de 2.25 grados a largo plazo (2050).

El documento Visión de la ciudad de México en materia de cambio climático señala que éste está asociado a los desastres naturales y que los ocurridos entre 1980 y 2013 han generado un impacto económico de alrededor de 4 mil 134 millones de dólares; así como 56 mil 308 personas afectadas por inundaciones, deslizamientos de laderas y sismos, además de 17 mil 549 hectáreas dañadas por incendios forestales.

Por este motivo, agrega, el Gobierno del Distrito Federal implementa desde 2015 una serie de acciones de política transversal con las que pretende disminuir la generación de compuestos y gases de efecto invernadero (CGEI), que incluyen fomentar el uso de combustibles menos contaminantes, disminuir la utilización de energía eléctrica, mejorar el transporte público, además de destinar 10 por ciento del presupuesto anual de la ciudad de México para estrategias de resiliencia (capacidad de las personas para recuperarse ante la adversidad).

El documento explica que por el cambio climático en la ciudad de México se prevén alteraciones en los ciclos agrícolas por las variaciones en la temperatura y la temporalidad de las lluvias, así como condiciones para el desarrollo de vectores de enfermedades o plagas y escasez de agua.

Por ello, el gobierno capitalino ha establecido una estrategia que engloba 102 acciones, cuyas metas son disminuir 31.4 millones de toneladas acumuladas de emisiones de CGEI para 2025, así como aumentar las capacidades de adaptación de los habitantes de la capital del país y la construcción de una estrategia de resiliencia.

Estas acciones tienen el propósito de que los capitalinos estén preparados e informados sobre los efectos del cambio climático e impulsar hábitos para reducir las emisiones individuales y minimizar riesgos de enfermedades y desastres, para lo cual se creó un Fondo Ambiental, cuyo objetivo es financiar esta política pública.