No fue un madruguete el incremento de poco menos de 3 pesos al salario mínimo, aseveró el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, quien sostuvo que no se puede aumentar a 86.33 pesos diarios, como propuso el jefe del gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera: ¿quién lo va a pagar?

Defendió a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) de las críticas que ha recibido por haber apresurado las negociaciones, por haber determinado un porcentaje del aumento tan bajo y por haber sorprendido con el anuncio en día festivo. Hizo lo correcto, ya que estos sueldos no se pueden elevar por arte de magia.

En su opinión no se puede incrementar en 20 por ciento estos salarios porque la mayoría de las pequeñas y medianas empresas tendrían problemas para pagarlo, y aseguró: Las fórmulas mágicas que ofrecen cambiar las cosas de la noche a la mañana no existen.

No obstante, reconoció que es abismal la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, pues se ha desplomado 75 por ciento en las tres décadas pasadas; además, dijo, es insuficiente el alza que empezará a aplicarse a partir del primero de enero.

Planteó que son muy respetables la posición y las convicciones de Mancera, quien es un buen aliado del gobierno federal en el tema de mejorar los ingresos de los trabajadores.

Explicó, sin embargo, que “aun habiendo reforma constitucional –para desindexar los mínimos del pago de multas, impuestos o créditos hipotecarios–, no podría operar de inmediato un aumento de más de 16 pesos, como planteaba Mancera”.

Sobre la premura de las negociaciones, apuntó: “Quiero decir con claridad que no hay madruguete”, y justificó que no pudiera haber tenido una sola reunión con los representantes Conasami por problemas de agenda, pero sí se escuchó con toda claridad el argumento de los funcionarios del Distrito Federal.