Domingo 13 de diciembre de 2015, p. 13
En varios centros de internamiento no gubernamentales para tratar las adicciones se cometen graves abusos que incluso han provocado la muerte de pacientes, señala un estudio del Colectivo por una Política Integral hacia las Drogas (Cupihd). Estancias involuntarias y prolongadas, hacinamiento, mala alimentación, castigos, tortura y violación sexual también fueron documentados por integrantes de la organización.
Los servicios públicos para adictos de por sí son escasos, pero para quienes necesitan internarse son prácticamente nulos
. Así que casi todos son centros particulares, rara vez supervisados por el gobierno federal, lo cual favorece que se violen los derechos humanos de los internos, apunta la investigación realizada por Carlos Zamudio, Pamela Chávez y Eduardo Zafra, del colectivo.
En el país hay 2 mil 10 casas o clínicas particulares para tratar la dependencia a las drogas, de acuerdo con la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic). De ésas, estima, al menos 200 violan distintas disposiciones de salubridad. El pasado miércoles 9 –como dio a conocer La Jornada– la Conadic clausuró 28 centros por trata de personas, privación de la libertad, falta de higiene y hacinamiento.
A muchos los ingresan familiares con engaños, chantajes y coacciones
. En el Distrito Federal el internamiento involuntario no es delito, sólo amerita una infracción. Los programas para tratar a los enfermos en esos lugares, también conocidos como anexos, se basan en reuniones durante las 24 horas del día con la guía de padrinos, quienes también fueron adictos, según el estudio Abusos en centros de tratamiento con internamiento para usuarios de drogas en México.
La mayoría de los padrinos vulneran los derechos de los enfermos
y lo justifican argumentando que el maltrato es esencial para que valoren lo que han perdido por el consumo de drogas
.
El equipo de Cupidh recabó testimonios para esta investigación, los cuales revelaron que los castigos físicos o aplicaciones
, son comunes. El hostigamiento, el acoso y la violación de hombres y mujeres también son recurrentes.