onvergencias. Confluencia de varias ideas o tendencias sociales, económicas o culturales. Tendencias diferentes que confluyen en un determinado momento. Por un lado el terrorismo islámico, y, por otro, la crisis de los estados fallidos en Medio Oriente y el norte de África.
Banlieue. En las afueras de París casi al otro lado del periférico se concentran los clásicos cinturones de miseria de las grandes metrópolis, en este caso crecientemente poblados por diversas minorías étnicas, particularmente árabes y musulmanes de diversas procedencias. George Parker (New Yorker, 31/8/15) narra sobre la terrible cotidianidad que sufren los habitantes de una zona denominada el 93, por su código postal. Por décadas el departamento de Seine-Saint-Denis había sido una región que votaba mayoritariamente por el Partido Comunista. La esencia de reportaje relata el nivel de marginación, hacinamiento, pobreza y abandono de estas zonas. Todas estas zonas están pobladas por las llamadas cités, proyectos habitacionales del tipo multifamiliares que conocemos en México.
Las prisiones. Uno de los estudiosos del tema del yihadismo islámico, el sociólogo iraní Farhad Khosrokhavar –citado en este reportaje–, se refiere al paulatino proceso de conversión de algunos presos en radicales islámicos. Tienen varios rasgos en común. No tienen padres ni familia cercana ni una base cultural religiosa. Cometen crímenes menores por los cuales acaban en la cárcel. Terminan con enorme rabia y odio, como lo planteó una película de Mathieu Kassovitz de los 90 intitulada precisamente El odio.
Radicales islámicos o islamización del radicalismo. Para Olivier Roy un especialista en temas islámicos (Le Monde, 24/11/15), el debate contemporáneo, acicateando por las masacres recientes en varias partes del mundo, gira alrededor de dos temas: la explicación culturalista de la supuesta guerra de civilizaciones y lo que este autor llama la explicación tercermundista, que se vincula con las intervenciones imperialistas en Medio Oriente y otras regiones. Encuentra ambas explicaciones insuficientes. Para Roy los terroristas franceses tienen dos orígenes: musulmanes nacidos en Francia o habiendo migrado durante la infancia. Y personas generalmente francesas de cepa convertidas a una determinada versión islámica.
¿Qué tienen en común estos dos estratos de la población francesa? Uno, su edad, se trata de una ruptura generacional. Dos, la forma en que son reclutados, bien sea en la cárcel o en el caso de franceses blancos que sobre todo provienen de zonas rurales francesas, por medio de Internet. Tercero, su desapego a las expresiones tradicionales de religiosidad, es decir, no forman parte de comunidades musulmanas institucionales ni asisten a las mezquitas. Cuarto, el tipo de islamismo que adoptan, que es el salafista, radical, integrista y, sobre todo, que rechaza la idea misma de cultura. Según Roy la clave de esta ruptura es la trasmisión de una religión que no esta encuadrada culturalmente.
Células familiares. El quinto rasgo es que esta conversión se da entre un grupo pequeño: pueden ser otros prisioneros, o unidos por lazos sanguíneos como hermanos o esposos. El caso de los asesinos en la revista Charlie Hebdo y, aparentemente, el reciente caso en San Bernardino ilustran esto.
En síntesis, para Roy se trata de un radicalismo nihilista que pregona la violencia y que hoy a falta de otra referencia adopta una variante de islamismo. Pero que resulta difícil de ubicar. Frente al centralismo de ISIS, una versión maligna descentralizada.
Lo anterior deja abierto para el último segmento de esta serie la otra parte de la convergencia explosiva: cómo converge este radicalismo con ISIS. Desde luego la discusión se adentra en la presencia de estados fallidos y las intervenciones estadunidenses, pero también europeas, sobre todo en Irak y Libia.
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