Autoridades mexicanas emprenden una ofensiva contra los migrantes en tránsito, mediante el aumento de retenes móviles o volantas, los cuales, junto con los puntos de revisión aduanero, se han convertido en un elemento clave en la estrategia de la frontera sur, advirtió la organización Washington Office on Latin America (WOLA).

Esta ofensiva de México contra la migración, lejos de disuadir a la gente de viajar hacia el norte, ha tenido como el efecto más marcado un cambio en la forma de viajar de los extranjeros en tránsito.

Con menores posibilidades de abordar el tren en Chiapas, los migrantes y los traficantes de personas ahora emplean diferentes y peligrosas rutas y formas de transporte, mediante vehículos, embarcaciones o a pie, señaló.

Estas rutas a menudo dejan a los migrantes expuestos, en condiciones de vulnerabilidad, y los aíslan de la red de albergues establecidos en las rutas tradicionales.

Una de las medidas más agresivas impuestas dentro del plan Frontera Sur es el impedimento para que los indocumentados viajen en el lomo del tren conocido como La Bestia. Las autoridades realizan redadas en establecimientos cercanos a las vías y zonas frecuentadas por los extranjeros, y han detenido a miles.

“Estas operaciones en los trenes –y alrededores– han generado preocupaciones sobre el uso excesivo de la fuerza y otros abusos por parte de las autoridades involucradas”, señaló WOLA.

De enero a septiembre de este año fueronpresentados ante el Instituto Nacional de Migración (INM) 145 mil 582 extranjeros. Los funcionarios del sector calculan que al cierre de este año la cifra se acercará a 200 mil, la más alta desde 2006.

El INM calcula que hay un tránsito migratorio anual de 350 mil personas que ingresan a México sin los documentos legalmente requeridos, al tiempo de 3.5 millones lo hacen de manera regular.

Al respecto, el comisionado del INM, Ardelio Vargas Fosado, respondió que México no está en contra de la migración, lo que quiere es ordenarla.

Nuestro país tiene más de 190 puntos de entrada (puertos de altura, aeropuertos, frontera norte y sur) y 370 puntos irregulares, lo que convierte a la sur en una frontera muy porosa.

Soy muy respetuoso de lo que opinen las organizaciones civiles. Creo que hemos avanzado muchísimo y los resultados ahí están; pueden analizar cifras de las procuradurías especializadas y verán ustedes que los ilícitos asociados a la migración han bajado sensiblemente, como el secuestro, extorsión y ataques de pandillas, dijo.

En un estudio reciente, WOLA señala que la ayuda de Estados Unidos destinada a apoyar a México en la seguridad fronteriza ha aumentado, pero su eficiencia no está clara.

La organización civil con sede en Washington propone a México una mayor presencia de personal judicial, fiscal e investigación penal debidamente capacitado, libre de corrupción, para la frontera sur.

Asimismo, ampliar su capacidad de análisis para identificar a los migrantes detenidos que requieran protección; fortalecer sus procedimientos de asilo; canalizar de distintas maneras la ayuda es­tadunidense y desarrollar alternativas de detención masiva de migrantes, en especial de niños y jóvenes.

Subraya que ni la ayuda de Estados Unidos ni las estrategias de México y Guatemala deberían alentar el uso de la fuerza militar en las misiones de seguridad interna en las zonas fronterizas, sino abordar, con tales recursos, los factores que impulsan la migración desde Centroamérica.