Agustín Villa, presidente de la Federación Mexicana de Basquetbol, afirmó que con la suspensión a nuestro país de toda competencia internacional, por la Federación Internacional de Basquetbol (FIBA), no se pierde nada porque carecemos de sistema, jugadores en la liga y selecciones.

Nos meten en un tris, pero de todas maneras estábamos virtualmente castigados; no tenemos nada. México no puede avanzar, sólo estaba la opción del repechaje, que no íbamos a ganarlo. Eso estaba planificado hasta con los muchachos de la selección, dijo el dirigente elegido hace dos años, quien por más de dos décadas se ha enfrentado a los grupos que se han apoderado del deporte ráfaga.

La FIBA cumplió la sanción, luego de que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, dirigida por Alfredo Castillo, no cedió a la presión de reconocer como único rector del baloncesto en el país a la Asociación Deportiva Mexicana de Basquetbol (Ademeba), organismo que cuenta con el respaldo del Comité Olímpico Mexicano y que quedó en el centro del conflicto entre autoridades y federaciones.

La Ademeba alertó ayer que la sanción afectará al Tri de basquetbol y a los equipos de la Liga Nacional Profesional que tienen su lugar en la Liga de las Américas, el torneo de clubes más importante en el continente.

Sin embargo, Villa recalcó que no se perderá mucho, pues además de la selección que no será anfitriona del preolímpico, “aquí sólo hay unas muchachitas de Sub-17 que iban a un Mundial, y eso porque son nuestras (de la FMB), porque las selecciones de la Ademeba son puras piratonas que les sacan dinero a los papás; venden los lugares de entrenadores.

“Todo lo que se hace se derrumba porque Ademeba tiene como una franquicia con la FIBA, así que ellos deciden quién va. México está frito, no tenemos ningún avance. La máxima expresión es la Liga Profesional, y la mayoría de los jugadores y entrenadores no son mexicanos, puros extranjeros.

La otra cosa real es que México le resuelve más de la mitad del calendario internacional a FIBA Américas, entonces somos unos pobres idiotas, dijo.