Miércoles 25 de noviembre de 2015, p. 8
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), José Antonio Meade, y a los integrantes del ayuntamiento de Yurécuaro, Michoacán, por la violación a los derechos de un nivel de vida adecuado, a la salud y al desarrollo integral de los pueblos y comunidades indígenas, en agravio de los jornaleros agrícolas del albergue comunitario, que incluye a menores de edad.
En su recomendación 37/2015, el organismo nacional solicitó al titular de la Sedesol reparar el daño a los familiares de una niña que perdió la vida en el albergue.
Al ayuntamiento de Yurécuaro le demanda implementar medidas de rehabilitación, como el otorgamiento de atención médica y sicológica especializadas; instruir la celebración de convenios para la ejecución de proyectos en beneficio de la población jornalera en materia de vivienda, desarrollo infantil y atención a la salud.
Al respecto, la Sedesol informó ayer mismo que acepta plenamente
la recomendación. También señaló que establecerá una estrategia de prevención y capacitación a escala nacional para mejorar las condiciones de operación de esos albergues.
Además, realizará un análisis de las reglas de operación del Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas, con el fin de mejorar su funcionamiento y delimitar las responsabilidades de las autoridades en la administración, mantenimiento y vigilancia de los albergues.
El deceso
El 11 de marzo de 2014 una niña de seis años perdió la vida en el albergue para jornaleros agrícolas de Yurécuaro, al ahogarse luego de caer en un aljibe lleno de agua. Con motivo de ese hecho, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos recabó las quejas de jornaleros agrícolas, quienes manifestaron su inconformidad por las condiciones de vida en ese sitio, las cuales fueron remitidas a la CNDH, por razón de competencia, al estar involucradas autoridades federales.
Resultado de las visitas y diligencias, la CNDH constató que el albergue carece de condiciones adecuadas para garantizar a niñas y niños un ambiente propicio para su desarrollo integral y armonioso, tanto físico como mental, y en el caso de la niña que perdió la vida se evidenció el estado de vulnerabilidad y descuido hacia la niñez de las familias de los jornaleros agrícolas. Además, éstos presentaron padecimientos y enfermedades, como desnutrición y anemia.