La creación musical en México está en un grado de madurez muy alto, según el compositor Gerardo Tamez, cuya obra Doble concierto al son forma parte del recital de clausura de las Jornadas INBA-SACM: El arte de lo intangible, que se desarrollan en el Centro Cultural Roberto Cantoral.

El programa incluye el estreno mundial de dos piezas de autores mexicanos: la Sonata para cuerdas, de Federico Ibarra, y Rascapango, de Eduardo Angulo; además de Naica, de María Granillo, interpretadas por la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), con Christian Gohmer, como director invitado.

“Hay mucha calidad y diversos lenguajes entre los compositores nacionales. Por otro lado, estamos insertos en un contexto contemporáneo, aunque también existe mucha tendencia a retomar las raíces, pero no en el sentido del nacionalismo –época que tuvo gran importancia y arraigo, pero que ya pasó–, sino en el sentido de identidad, de reforzarla”, explica Tamez a La Jornada.

De acuerdo con este autor, la solidez en la composición mexicana se refleja en el creciente número de foros, festivales y conciertos dedicados a autores nacionales.

Destaca a las jornadas El arte de lo intangible, organizadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), que considera un parámetro del estado que guarda la composición en el país.

Tenemos mucho que dar, quizá en otros años no era posible hacerlo en la cantidad y la calidad de ahora; muchos compositores hacen una labor extraordinaria, incluidos los más jóvenes.

De su Doble concierto al son, estrenado hace unos meses por la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, señala que se trata de una pieza con profundo arraigo en lo popular, sobre todo en el folclor mexicano, de allí el título.

El concierto está hecho en el formato tradicional, en tres movimientos: rápido, lento y rápido, y se basa en aspectos de varios tipos de son. Es un colofón del trabajo realizado con la arpista Mercedes Gómez y yo como guitarrista dentro de la música de concierto, pero también en el ensamble Tierra Mestiza, agrega.

Por comisionar obras

Federico Ibarra y Eduardo Angulo celebran que en el panorama musical mexicano instancias públicas y privadas mantengan la comisión de obras a compositores nacionales.

Hace tiempo que no me hacían un encargo, por lo cual me da mucho gusto que me hayan pedido esa obra, sobre todo en esta época en la que el dinero no alcanza, menos en el mundo del arte, indica Ibarra.

El compositor comenta que aprovechó la ocasión para experimentar con algo que jamás había hecho: una sonata para cuerdas, aunque aclara que no es una sonata en el sentido tradicional.

La llamo sonata a esta lucha que desde el principio de la forma se dio. Es una dialéctica entre dos o más temas y estoy aprovechando esta idea de la forma (sonata), pero no con una característica clásica.

Rascapango: jarabe para urticaria y orquesta, de Angulo, es absolutamente un divertimento, dice su autor.

En México, como en el mundo, que está de cabeza y vive situaciones atroces, se necesita algo de alegría. Por eso escribí esta música tan divertida y tan nuestra.

La clausura de Las Jornadas INBA-SACM: El arte de lo intangible será este domingo a las 12 horas en el centro que se ubica en Puente de Xoco, puerta A, colonia Xoco.