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Cuestiona Solalinde arribo de 300 elementos de la Gendarmería

Aureoles, a un paso de repetir en Michoacán la tragedia de Iguala
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 6 de noviembre de 2015, p. 17

Morelia, Mich.

El arribo de 300 elementos de la Gendarmería Nacional a Morelia podría ser en realidad una forma de represión hacia profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y alumnos de las ocho escuelas normales de Michoacán, afirmó el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.

En conferencia de prensa, el clérigo defensor de los derechos humanos y activista en favor de los migrantes pidió al gobernador Silvano Aureoles analizar bien las medidas de seguridad aplicadas en Morelia y en el resto de la entidad. Dijo que se debe privilegiar el diálogo y escuchar a los manifestantes, para evitar tragedias como la ocurrida en Iguala, Guerrero, donde 43 normalistas desaparecieron en septiembre de 2014. Agregó que las acciones de normalistas y maestros no son las más adecuadas, si bien sus manifestaciones son resultado de la falta de atención y de interés del gobierno estatal por escucharlos.

En cuanto a la amenaza del gobierno de Michoacán de hacer uso de la fuerza pública contra normalistas, Solalinde consideró que la administración estatal está a un paso de repetir la tragedia de Iguala. Sostuvo que la Procuraduría General de la República ha sido omisa en el tema de los estudiantes de Ayotzinapa: son claras las omisiones y los errores, porque se ha tratado el tema desde el punto de vista del ataque del crimen organizado y se deja de lado la participación del Estado.

De igual manera, respaldó a Salvador Molina Navarro como aspirante a la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y se pronunció en contra de que las autoridades del estado nombren al ombudsman.

El clérigo sostuvo que la reforma educativa constituye una norma configurada entre el Congreso de la Unión y el Poder Ejecutivo federal, de cuyo contenido se excluyó a los principales actores de la educación en México: los docentes y estudiantes normalistas, por lo que se debe escuchar a estudiantes y maestros, toda vez que mediante la imposición y la represión la calidad educativa no prosperará ni se logrará consolidar.