En 70 años, los vecinos han creado desde retablos hasta nichos monumentales
A rezar a los templos
, advierte el director de Desarrollo en Miguel Hidalgo
Sábado 24 de octubre de 2015, p. 31
A la entrada de vecindades, frente a todo tipo negocios, empotradas en paredes, postes y árboles, 53 altares a la Virgen de Guadalupe y a San Judas Tadeo, de todos tamaños, saturan las calles de la colonia Anáhuac, en la delegación Miguel Hidalgo, desde hace más de siete décadas.
De acuerdo con la solvencia económica y a la creatividad de sus dueños, se pueden observar desde sencillos retablos de madera o latón, cajas de cristal en forma de capillas, hasta nichos monumentales , con techos, columnas y fuentes, así como maquetas de un cenote y coloridos murales pintados por los artistas del barrio, todo para albergar las figuras religiosas.
Martín Díaz Camarena, de la organización Momoztcipan, indicó que se trata de una tradición popular que se ha mantenido de generación en generación, que está en riesgo de sucumbir, ya que ante la llegada del nuevo gobierno delegacional pretenden retirar los altares.
Los mensajes a través de Twitter del director de Desarrollo Delegacional de Miguel Hidalgo, Arne aus den Ruthen Haag, en los que se lee: Vamos a levantar altares de las banquetas. A rezar a los templos; a comprar a los mercados; y a caminar por las banquetas
, han generado preocupación en esta comunidad, donde no hay calle sin su altar.
A diferencia de otros sitios de la ciudad, donde acostumbran colocar imágenes religiosas para ahuyentar a los malhechores o evitar tiraderos de basura, aquí en esta colonia, a la que se le atribuye una alta incidencia delictiva, se hace por devoción a la Virgen. Algunos para cumplir con alguna manda, pero todos le pedimos algún milagro
, aseguró Díaz Camarena.
Por esta devoción, grupos de mujeres, chachareros, organilleros, taxistas, microbuseros o los habitantes de una cuadra se organizan para cuidar sus altares y rendir homenaje a la morena del Tepeyac el 12 de diciembre de cada año, cuando la colonia entera vive una fiesta, que atrae a propios y a extraños, ya que ante lo vistoso de los altares, hasta recorridos turísticos se han realizado.
Poco antes de esa época, contaron los vecinos, comienza la colecta para remozar el altar y hacer el festejo. Unos dan dinero, otros ramos de cohetones, toritos, comida, lo que puedan, pues antes y después de las Mañanitas a la Virgen se hace una verbena popular con pastorelas y bailes, en la que no falta el ponche y el pozole.
Cada año, agregaron, los escenarios se vuelven cada vez más sofisticados, como el de la calle de Laguna de San Cristóbal, uno de los más grandes de la colonia, que durante la festividad se le agrega luz y sonido, cascadas y fuentes danzarinas.
Díaz Camarena indicó que ante las intenciones del nuevo gobierno delegacional de retirar los altares buscarán el apoyo del Gobierno del Distrito Federal para preservar esta costumbre, que le ha dado identidad a la comunidad.