Miércoles 7 de octubre de 2015, p. 4
La desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa es una herida abierta
que deja al desnudo la grave crisis de derechos humanos” que vive el país, coincidieron en señalar activistas, escritores y familiares de las víctimas.
Al presentar durante un foro en Casa Lamm el informe sobre la tragedia de Iguala, el director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera, aseguró que la lucha de los padres y madres de los estudiantes “es un ejemplo de voluntad y perseverancia que deberíamos reconocer todos.
Ha sido difícil para Tlachinollan acompañarlos, porque son ocho horas de camino entre Tlapa, Guerrero, y la ciudad de México; sin embargo, estamos conscientes de la importancia de apoyar este movimiento, tan aleccionador. Este caso nos enseñó lo que no habíamos aprendido en 20 años: cómo se lucha y cómo se defiende con todo el respeto a los derechos humanos
, refirió Barrera.
Añadió que el informe que elaboraron “básicamente plasma esta terrible vivencia de los padres. Agradecemos a la historiadora Tanalís Padilla, a Luis Hernández Navarro –coordinador de Opinión de este diario– y a los amigos del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, que nos apoyaron”.
Cristina Bautista, madre de uno de los normalistas, señaló que el dolor por la ausencia de su hijo es insoportable, y agregó que lo único que la fortalece es su deseo por que las autoridades no abandonen la búsqueda de los jóvenes.
En el foro participaron además Melitón Ortega, padre de una víctima; el historiador Adolfo Gilly, y Mario Patrón, director del Centro Pro.