Hace siete años la fotógrafa Lucero González se percató de que en México no existía un archivo que recogiera el trabajo de las artistas mexicanas, que sirviera de fuente de información sobre su trabajo y trayectoria.

Cuando González recibió un premio para hacer el proyecto que quisiera, se dio a la tarea de construir ese archivo. Invitó a una docena de mujeres, artistas como ella, historiadoras del arte, curadoras y periodistas especializadas con la finalidad de integrar un consejo consultivo y armar el acervo. Arrancaron con 50 autoras.

Hoy el Museo de Mujeres Artistas Mexicanas (Muma), www.museodemujeres.com, cuenta con 270 fichas, realiza exposiciones virtuales, tuvo una muestra en galería y tiene una biblioteca de textos que de manera constante se amplía. Procuramos que en cada exposición haya artistas de gran trayectoria y otras recién salidas de las escuelas de arte, pero que su trabajo tenga calidad y compromiso, aclara la fotógrafa.

El Muma festeja su séptimo aniversario con Arte y feminismo: siete años de goce y encuentro, publicación que ya se ha presentado en varias partes del país. Hace unos días se dio a conocer en la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Aparte de ofrecer imágenes de las obras de una selección de las artistas del Muma –desde Helen Escobedo y Marta Palau hasta Daniela Edburg y Rocío Gordillo–, el libro incluye textos de Magali Lara, A propósito de identidades: todo sobre mi madre; Lorena Wolffer, Géneros fluidos, y Ana Quiroz, Estéticas del disturbio.

También hay testimonios de Karen Cordero, Magali Lara, Mónica Mayer, Sylvia Navarrete, Grace Quintanilla, Ana Quiroz y Lorena Wolffer. Desde que el sitio web es bilingüe (español/inglés) reciben de 270 a 300 mil visitas al año.

Labor titánica

“Sabía que teníamos que empezar una labor titánica de construir este archivo con mujeres de distintas trayectorias, expresiones en el arte –pintoras, esculturas, fotógrafas, videastas, performanceras. Apenas tenemos 270 artistas y sabemos que somos muchísimas más. Entonces, los objetivos siguen siendo los mismos, expresa Lucero González a La Jornada.

“Una de las cosas que más me gusta del museo –señala– es su apuesta por la diversidad, la pluralidad, por hacer un ejercicio más democrático al elaborar un archivo con todo lo producido en el siglo XX hasta la fecha, así como dar cuenta de la enorme cantidad de trabajo y creatividad en el país, desde Tijuana hasta Mérida.

Reconstruir una memoria con todo un archivo de obra es tarea que se hace todos los días, afirma.

Pronto el Muma tendrá capítulos en los estados, el primero será en Xalapa. González explica que la iniciativa vino de artistas de la capital veracruzana y otra, que está en el proceso, vendrá de Tijuana. Ellas localmente se juntan y además de hacer propuestas curatoriales también nos hacen llegar información de quiénes son las artistas que están en estos lugares, con qué obras. Es una forma de hacer más amplia nuestra memoria y no solamente los conocimientos que tenemos los que estamos en el núcleo de la conducción del Muma.