La encíclica Laudato si ha tenido amplia aceptación en sectores sociales, políticos, religiosos y gubernamentales, y cuenta con el potencial para generar cambios en favor del medio ambiente, aseveró a La Jornada el sacerdote Eduardo Corral Merino, secretario de las dimensiones de Educación y Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

En entrevista, el presbítero, quien a principios de los años 90 fue funcionario público ligado a temas ambientales, comentó que en los 12 foros de difusión que ha participado a escala nacional, en los cuales ha habido funcionarios encargados de asuntos ambientales, es evidente la muy buena aceptación del documento papal.

Acabamos de hacer una gira por el Bajío y Michoacán para salir al encuentro de estos responsables de la cuestión ambiental y hay buena aceptación. Sí está siendo tomada en cuenta y se está entendiendo el mensaje. Pero también la gente, en general, ha tenido gran respuesta a esta encíclica. Hay muchos creyentes y no creyentes que están viendo ese documento con simpatía. Personas de otras religiones nos han consultado. Ahora estamos promoviendo y difundiendo el mensaje.

Corral dijo tener la certeza de que lo que plantea el Papa se traducirá en hechos. De eso estoy seguro. El servicio que está haciendo el pontífice es lograr consensos y está yendo al fondo de qué tipo de desarrollo queremos, de los mecanismos de producción y consumo, de la inequidad y de la cultura de lo desechable.

Aseveró que el Papa está llamando a un cambio de conciencia, y subrayó que el documento es más que un escrito religioso. Es una propuesta de visión global de cuidado de la casa común, de qué estamos dejando a las futuras generaciones y que hay un calentamiento global real que no es cuestión técnica, de mediciones. Lo estamos sintiendo y palpando.

Indicó que, a diferencia de lo que ocurría hace décadas, ahora la realidad está orillando a las grandes potencias a tomar ciertas decisiones.

Rodrigo Guerra López, asesor interno del Sínodo de Obispos sobre la Familia, dijo que la encíclica hace un juicio crítico sobre el pésimo desempeño de muchos gobiernos a escala global que tratan de maquillar los datos duros que ofrecen análisis científicos sobre el impacto de la intervención humana en los problemas del medio ambiente.