Río de Janeiro.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien tiene apenas 8 por ciento de popularidad, se mantendrá en el poder a pesar de la crisis económica y las presiones de la oposición de derecha para que sea destituida, dijo el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo.

En una entrevista con el diario O’Globo, divulgada este domingo, Cardozo declaró que no hay motivo para que el gobierno (de Rousseff) no llegue a 2018, cuando culmina su segundo mandato de cuatro años.

Un gobierno que fue elegido democráticamente no puede dejar de serlo más que por el voto democrático. En un sistema presidencialista se necesita un hecho que justifique la destitución y esa acción no existe, subrayó el ministro.

Cardozo consideró que no es inédita la situación económica en la nación sudamericana, agravada por la reciente decisión de la agencia Standard & Poor’s de quitar a Brasil el grado inversor y rebajar su deuda a la categoría de especulativa, el incremento del desempleo y de la inflación y la devaluación del real –la moneda local.

Regresamos a la situación de 2007. Brasil tiene los medios para salir. Evidentemente que ello requiere un esfuerzo del gobierno de diálogo y de encontrar una alternativa, señaló.

Cardozo denunció que hay gente que tiene interés en explotar la crisis... Se trata de ciertos sectores de la oposición, de dirigentes que buscan potenciar la crisis política con el objetivo de obtener dividendos.

Las turbulencias son naturales en un proceso de crisis, especialmente cuando está en curso una investigación que afecta a varios hombres políticos, consideró.

Un escándalo de corrupción sacude a la estatal Petrobras, que le ha costado más de 2 mil millones en pérdidas. También ha llevado a prisión a varios empresarios y políticos de la coalición de centro izquierda que gobierna al país.