Durango, Dgo.

Más de 20 rarámuris avecindados en el municipio de Tepehuanes fueron convencidos de abandonar las cuevas que habitaron por más de 30 años en la parte alta de la sierra colindante con Chihuahua.

El presidente municipal, Alberto Álvarez Narro, explicó que inicialmente una pareja de tarahumaras se fue a vivir a una cueva y allí criaron a cinco hijos varones, quienes al casarse también habitaron cuevas. Vivían de la caza y de una pequeña parcela donde sembraban maíz, papa y otros vegetales.

Comentó que uno de los matrimonios se negó a marcharse, y a las demás familias les construirán viviendas a las orillas de una comunidad cercana.

Álvarez Narro señaló que el grupo está compuesto por 13 menores de edad y 14 adultos. Ninguno sabe leer ni escribir, y para conseguir ropa y calzado recurrían al trueque en comunidades rarámuris de Chihuahua, donde los varones conocieron a sus hoy esposas.

Esta gente es desconfiada. Tuvimos que acudir varias veces a tratar de convencerlos de que recibieran la ayuda por el bien de sus hijos y nietos, afirmó el presidente municipal.

Acotó que después de varias reuniones y de llevarles ropa y comida, los rarámurIs aceptaron abandonar las cuevas, donde cada habitante tenía un lugar específico para dormir y la mujer mayor pernoctaba cerca del fogón. Sus figuras están marcadas en la tierra donde duermen.

Álvarez Narro explicó que las viviendas que ocuparán los indígenas mientras se edifican sus casas definitivas están hechas de madera y hule y se encuentran cerca de las cuevas. Por lo pronto, dijo, se enseña a los indígenas a leer y escribir.