El sacerdote y activista en favor de los derechos humanos Alejandro Solalinde afirmó que Veracruz es un centro de sicariato forzado, una fábrica de desaparición de personas, y cuando estaba el apogeo de Los Zetas obligaron a los centroamericanos a ser sicarios, extorsionadores y secuestradores de los mismos migrantes.

Los jóvenes centroamericanos son propensos a entrar al sicariato, pues no les queda otra. Si para los jóvenes locales no hay oportunidades, menos para ellos, porque para que puedan tener un trabajo regular necesitan papeles, y no los tienen, lamentó.

En conferencia de prensa en el puerto de Veracruz, indicó que es posible que haya alrededor de 150 centroamericanos presos en cárceles de la entidad. A la justicia mexicana le ha faltado revisar esos casos y darles justicia; falta que los liberen y los regresen a sus familias; muchos no están ni sentenciados.

Dijo que en Veracruz hay total impunidad, porque es un estado donde tenemos 14 periodistas asesinados. “Qué pena que el gobierno federal no ponga atención a esto, pero tampoco los ciudadanos, que han sido demasiado complacientes.

Ante ese lobo mayor que es Javier Duarte de Ochoa, la provincia eclesiástica de Veracruz está viendo los lobos desde la barrera (...), y los pastores no la van a romper porque no fueron formados para eso, acotó.

El religioso consideró que intentar dialogar con el presidente Enrique Peña Nieto sobre esta situación sería perder el tiempo, ya que no tiene redención; es un gobierno corruptísimo, simulador e hipócrita.

En Cosamaloapan, adonde acudió para supervisar las condiciones de los centroamericanos recluidos en el penal de esa ciudad, aseguró que Chiapas, Oaxaca y Veracruz continúan siendo muy peligrosos para el tránsito de indocumentados que buscan llegar a Estados Unidos.