Una pieza: una cultura
Viernes 28 de agosto de 2015, p. 4
El pensamiento y la cosmovisión de la cultura maya se develan en la exposición La máscara de Calakmul: universo de jade, inaugurada la noche del miércoles en el Museo Nacional de Antropología.
Un solo objeto, representativo de esa civilización, forma la muestra que marca el comienzo de la serie de exposiciones temporales Una pieza: una cultura, cuyo eje es el uso de las nuevas tecnologías para acercar al público a las obras maestras, explicó María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Para ello se recurrió al uso de la animación, las cédulas digitales, el escaneo y la impresión en 3D, lo cual representa una forma novedosa de transmitir la información académica, resultado de la investigación y la conservación de la más alta calidad.
Con esa serie, dijo, “buscamos acercar las obras más representativas de civilizaciones de México a nuevos públicos y, de manera muy especial, a los jóvenes.
“Pensamos –prosiguió Franco– en la importancia de crear por primera vez una exposición que favorezca el pleno acceso a las personas con alguna minusvalía o discapacidad e incluye un video en lenguaje de señas y cedulario en Braille, entre otros recursos”.
es al mismo tiempo vida, muerte y resurrección en un ciclo infinito de existencia. Es realmente el semblante divino de un soberano cuyo poder llegó a ser la fuerza vital de su pueblo, en esencia, del universo, explicó María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia. La exposición La máscara de Calakmul: universo de jade, que terminará en octubre, se puede visitar de martes a domingoFoto Héctor Montaño/ INAH
Encapsulada en cristal
La máscara funeraria que se exhibe –encapsulada en cristal– data de entre 660 y 750 dC; pertenece a la Tumba 1, estructura VII de Calakmul, y está elaborada en mosaico de jade, concha y obsidiana gris.
Una máscara de jade es al mismo tiempo vida, muerte y resurrección en un ciclo infinito de existencia. Es realmente el semblante divino de un soberano cuyo poder llegó a ser la fuerza vital de su pueblo, en esencia, del universo
, explicó Franco.
Después de recorrer dos salas que estimulan los sentidos mediante recursos visuales, sonoros y museográficos, el espectador está solo frente a una obra maestra.
El legado maya, indicó la directora del INAH, es un patrimonio vivo. Tiene un rostro elocuente y es el crisol de una civilización.
Los tres niveles del cosmos –el celeste, el terreno y el inframundo– tienen fronteras claras, pero están en permanente conjunción, dijo.
El jade era una piedra asociada al agua; se le relacionaba con el cielo y el mar primordial de la creación, como símbolo de aliento vital, fertilidad y renacimiento.
La muestra La máscara..., en el recinto de Reforma terminará en octubre; visitas de martes a domingo.