En alta mar hay riesgos y amenazas en cualquier momento. Para hacer frente a esas contingencias la Armada de México encabezó el ejercicio internacional de Control Naval de Tráfico Marítimo (CNTM) Transamérica 8, en el que participaron fuerzas de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.

Durante dos semanas una enorme pantalla ubicada en el centro de mando, instalado en el Centro de Estudios Superiores Navales, se convirtió en mapa virtual, en el cual se seguía en detalle la ruta de barcos mercantes y pesqueros ficticios a lo largo del continenteamericano.

El objetivo era que esas embarcaciones llegaran sanas y salvas a sus destinos, para lo cual las armadas de los países participantes tuvieron que enfrentar y superar más de 30 situaciones de riesgo y/o amenazas.

Por vez primera, oficiales mexicanos –quienes explicaron el ejercicio a este diario– fueron los encargados de recibir la información de cada país sobre los buques ficticios (destino, ruta y velocidad de desplazamiento) y la ubicación de los de guerra. Una vez sistematizados los datos se subieron a una gran pantalla, gracias a un software especial que permitía ubicar en tiempo real la ubicación y desplazamiento de todas las naves que participaban.

Al mismo tiempo, la información fue enviada a cada nación para que todas, en tiempo real, participaran en las acciones virtuales que desarrolló cada armada en el ámbito de su competencia para neutralizar, una por una, las 30 amenazas en alta mar o en los puertos de cada país que realizaron las actividades.

Derrame de combustibles y sustancias tóxicas en el mar, contaminación, ciberataques, terrorismo, tráfico ilegal de personas y drogas (en buques y semisumergibles) fueron enfrentados de manera individual por cada nación. Cuando el problema lo ameritaba, la colaboración se desarrolló con respeto a la soberanía de cada país.

De acuerdo con el ejercicio, a cada buque se pusieron incidentes, acciones y actividades. Así es como se empieza a mover el juego. México lo hizo en tres puertos en el Golfo (Veracruz, Tuxpan y Tampico) y tres en el Pacífico (Mazatlán, Manzanillo y Lázaro Cárdenas). En esos lugares se asignaron buques mercantes y pesqueros ficticios al ejercicio.

Entrevistados en el gabinete donde ocurrió el ejercicio –se llevó a cabo del 3 al 14 de agosto–, los oficiales explicaron que la Armada de México comenzó su participación en esos actos en 2008, los cuales tienen por objetivo fortalecer el adiestramiento y perfeccionar al personal en la aplicación de procedimientos de la doctrina de CNTM, para que actúen en caso de surgir una situación real.

Comentaron que en el ejercicio se incluyeron, en la secuencia de eventos, asuntos como: personas de la delincuencia organizada que produjeron averías a buques mercantes, donde las fuerzas navales, ya dentro del nivel de supervisión, actuaron y definieron áreas para neutralizar el ataque.

También se registraron eventos en los que se simuló el posible arribo de un artefacto flotante tipo semisumergible (cargado de droga), por lo que se tenían que efectuar las acciones pertinentes, como destacar unidades de superficie de las fuerzas navales para establecer áreas de vigilancia y evitar de esa manera el arribo de esas naves.

Los ejercicios concluyeron bien. Nos permiten eficientar la capacitación y adiestramiento del personal para actuar ante cualquier contingencia natural o alguna amenaza externa que atente contra la soberanía o bienes nacionales o de los mexicanos en general.