Presenta libro, luego de prescripción médica
Relata glorias en el cuadrilátero y adicciones
Domingo 23 de agosto de 2015, p. a15
Por prescripción médica tras sufrir un infarto, Carlos Zárate empezó a escribir sus vivencias para sanar sus emociones, sin saber que esas memorias se convertirían en el libro Éxito y nocaut, vida y crónica de un campeón, en el que relata desde su infancia en Tepito y las glorias sobre el cuadrilátero hasta su adicción a las drogas y su recuperación.
Me costó mucho dolor hacer este libro porque ahí viene parte de mi vida, de mi niñez, de mis triunfos, de mi caída. Soy un hombre normal, con virtudes y defectos
, compartió ayer el ex pugilista en la presentación del texto, en el gimnasio de Ana María La Guerrera Torres, adonde acudieron más de 20 campeones de todas las épocas.
Desde muy chico escogí lo que más quería: el boxeo. Fue lo más maravilloso llegar a lo más alto. Sin embargo, caí y no precisamente a la lona, caí hasta el fondo y para levantarme fue una pelea descomunal contra mí mismo, contra mi vida, contra mi dolor. Llegué a pensar hasta en el suicidio
, confesó el Cañas, quien ostentó los cetros mundiales gallo y supergallo del Consejo Mundial de Boxeo, entre 1975 y 1979.
Pienso que el libro servirá a muchas personas que necesitan un referente de esta enfermedad que hay en todo el mundo. Para sanar tuve que sincerarme con todos, conmigo mismo: fue una catarsis
, comentó el autor sobre el libro escrito en 10 rounds.
Fue por prescripción médica, para que sacara todo, y sacó todo con pena, con dolor, con alegría, porque tiene 10 años retirado de todas las cosas feas. Ahora es una persona muy bonita, que tiene aspectos que yo no le conocía
, dijo orgullosa Nelly Scott, esposa del campeón,
En la escritura lo alentó el ya fallecido José Sulaimán, y su heredero al frente del CMB, Mauricio, exaltó a Zárate, para quien fue el que le despertó pasión por el pugilismo.
Fue mi mayor héroe, lo veía como Supermán
, dijo con afecto el dirigente del CMB, quien en el libro colabora con un apunte y aparece de niño en una fotografía abrazando al campeón sobre el cuadrilátero, en una función en el toreo de Cuatro Caminos.
“Carlos, desanimado y decepcionado, se retiró del boxeo. Pasado el tiempo regresó (en 1986), pero en casi seis años que estuvo ausente nunca pudo volver a ser el mismo y su vida se fue cuesta abajo.
Él y su familia vivieron las peores pesadillas en carne propia. Fueron muchos años de problemas, soledad, tristeza y enfermedad
, cita Sulaimán en su texto, en el que también manifiesta su admiración, cariño y respeto
.
Ultiminio Ramos, José Pipino Cuevas, Antonio Roldán, Rubén Púas Olivares y Rafael Herrera son algunos pugilistas de los de antaño que brindaron compañía fraternal a Zárate.
Lo hicieron con la misma admiración que Humberto Chiquita González, Erik Terrible Morales, Édgar Sosa, Johnny González, entre los de generaciones recientes que lo acompañaron en la presentación del libro, en el que reconoce como artífice de sus hazañas a Arturo Cuyo Hernández. Su hija Nancy agradeció emocionada el recuerdo de las victorias a las que encaminó a varios de los presentes.
Imágenes de peleas, de familia, de momentos con personajes del medio artístico y político ilustran el texto, en el que Zárate apunta: He conocido la gloria y también el infierno. No pretendo ser un ejemplo, deseo que en este libro encuentren un espejo de ayuda
.