Sao Paulo.

El vicepresidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, Gilmar Mendes, afirmó este viernes que existen indicios de que la campaña de relección de la presidenta Dilma Rousseff recibió dinero malversado de la trama de corrupción dentro de la empresa estatal Petrobras.

En un documento enviado a fiscales y a la policía, Mendes expresó que una investigación de 17 meses sobre un enorme escándalo de fijación de precios y sobornos políticos halló evidencia de que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT, de Rousseff) fue financiado indirectamente con dinero robado a Petrobras, donde hubo un fraude por 2 mil millones de dólares a lo largo de una década.

La solicitud del TSE es un nuevo golpe para Rousseff, quien no está entre las decenas de políticos bajo investigación por recibir sobornos, pero ha visto caer su popularidad a 8 por ciento, tras ser relecta el año pasado, resultado del escándalo y una economía estancada.

El PT ha dicho que todas las donaciones fueron legales y fueron registradas apropiadamente ante las autoridades electorales.

Considero imprescindible poner en conocimiento de las autoridades competentes los indicios de práctica de ilícitos electorales y de acción penal pública resaltados en este despacho, escribió Mendes en un escrito presentado este viernes a la Fiscalía General de la República, la Policía Federal y el Consejo General Electoral, en el cual solicita que se investigue su denuncia.

Según el portal del diario O Estado de Sao Paulo, el documento se basa en informaciones dadas por el empresario Ricardo Pessoa, dueño de la constructora contratista de Petrobras UTC, quien está arrestado por sus nexos con la trama ilegal en Petrobras.

En el marco de un acuerdo de colaboración con los investigadores, Pessoa, sostiene el medio, dijo que donó 7.5 millones de reales (unos 2.2 millones de dólares) a la campaña electoral de Rousseff de 2014, cuando conquistó en las urnas de octubre su segundo mandato.

A su vez, el portal del diario Folha de Sao Paulo agrega que Mendes recomendó al fiscal general de la República, Rodrigo Janot, la apertura de la investigación, basándose en la sospecha de que la campaña de Rousseff incurrió en los delitos de lavado de dinero y falsedad ideológica.

Pos su parte, el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, aseguró que no renunciará a su cargo, pese a la acusación formalizada por la fiscalía general del país contra él, que lo considera sospechoso de cobrar sobornos y lavar dinero en el fraude contra Petrobras.