El gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Carstens, dijo en el Senado que el empleo de las reservas internacionales de divisas para apuntalar el peso frente al dólar no es una solución definitiva a los desequilibrios en el mercado cambiario, y además está a disposición la línea de crédito flexible con el FMI por 70 mil millones de dólares.

–¿No hay riesgo de que se agoten las reservas? –se le preguntó. Su respuesta fue: las reservas internacionales se acumulan precisamente para que se puedan utilizar cuando sea necesario.

Carstens, que asistió a la presentación del número 25 de la revista Pluralidad y consenso, que edita el Instituto Belisario Domínguez del Senado, señaló que se necesitan otras medidas que fortalezcan el marco macroeconómico, las cuales serán de índole monetario y fiscal, y rechazó que el desliz del peso frente al dólar pueda llevar a un alza generalizada de precios.

Entrevistado por la mañana en la vieja casona de Xicoténcatl, se le preguntó sobre el nuevo deslizamiento de la moneda, a lo que el gobernador del Banco de México contestó: “del movimiento de hoy no puedo comentar mucho porque cuando llegue a aquí –a la antigua sede del Senado– todavía estaba bien el peso. Realmente –insistió– no veo nada nuevo más allá de una circunstancia importante de volatilidad internacional”.

Antes, durante su intervención dijo que el banco central ha logrado una inflación baja y estable, pero no se puede bajar la guardia, ya que es una batalla permanente.

Hizo notar que la misma implementación de las reformas estructurales ayudarán, porque darán mayor crecimiento al país y eso tenderá a estabilizar el mercado cambiario y también nos permitirá hacer un uso más adecuado de las reservas.

Carstens señaló que hay fenómenos fuera del control de México, muy en particular eventos recientes en China y el desempeño del mercado del petróleo, pero las medidas que se han tomado han venido funcionando. Además se van a evaluar permanentemente las circunstancias para tomar decisiones oportunas cuando se requiera.

Descartó que se enfrente una circunstancia de alza de precios generalizada. Reconoció que hay algunos factores que sin duda incidieron en mayores costos para las empresas, entre ellos componentes importados y algunos insumos, pero existen también factores que han obrado de dirección opuesta. Por ejemplo, los precios internacionales de muchas materias primas han caído, y el peso no se ha depreciado contra otras divisas importantes, y a ello se suman los efectos de las reformas estructurales que han permitido bajar el precio de energéticos y telecomunicaciones.

El hecho de que la economía crezca por debajo de su potencial hace difícil que la inflación aumente y en todo caso el Banco de México va a estar muy vigilante de que no suba.

Durante su discurso en la presentación de la revista, Cartens refirió que el Banco de México está cumpliendo 90 años como institución. Manifestó que el hecho de que la inflación sea el impuesto más regresivo es razón suficiente para que sea importante mantenerla baja y estable, entre otras razones porque es el principal factor, yo diría, es la mejor manera mediante la cual el Banco de México puede impulsar el crecimiento económico. Porque si tenemos inflación baja y estable vamos a tener las tasas de interés más bajas, expuso.

Hoy tenemos la inflación más baja históricamente, desde que se calcula el INPC y es el momento en que tenemos las tasas de interés más bajas en la historia del país, destacó.