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La tragedia en Tianjin
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La cifra de muertos por las explosiones en un almacén de productos químicos en la ciudad portuaria de Tianjin, en el norte de China, se elevó ayer a 112, mientras 95 personas siguen desaparecidas, incluidos 85 bomberos. Cuatro días después de los primeros estallidos, existen pocas posibilidades de encontrar sobrevivientes. Los bomberos desconocían el tipo de productos almacenados en el lugar y usaron agua para apagar las llamas, lo que puede provocar reacciones explosivas cuando se trata de sustancias altamente tóxicas como el cianuro de sodioFoto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de agosto de 2015, p. 22

Tianjin.

La cifra de muertos por las explosiones ocurridas en un almacén de productos químicos en la ciudad portuaria de Tianjin, en el norte de China, se elevó este domingo a 112, mientras que otras 95 personas permanecen desaparecidas, entre ellas 85 bomberos, informó la agencia estatal de noticias Xinhua.

Cuatro días después de que se produjeron las primeras explosiones, existen pocas posibilidades de encontrar a supervivientes, reportaron los medios estatales chinos.

Las nuevas cifras dadas a conocer por las autoridades revelan que el número de bomberos desaparecidos es bastante más alto de lo que se había admitido inicialmente.

Los bomberos acudieron a toda prisa al almacén en la noche del miércoles y habían iniciado las labores de extinción de un incendio cuando se produjeron las masivas explosiones de productos químicos.

Ellos desconocían el tipo de productos peligrosos almacenados en el lugar.

Además, los bomberos usaron agua para apagar las llamas, lo que puede provocar reacciones explosivas cuando entran en contacto con ella productos altamente tóxicos como el cianuro de sodio.

Según datos militares, en el lugar estaban almacenadas toneladas de cianuro de sodio y otros componentes químicos altamente peligrosos. De acuerdo con informaciones posterioremente censuradas, tan solo del cianuro de sodio, una sustancia altamente inflamable, había 700 toneladas, 70 veces más que el límite permitido. También estaban almacenados en el área nitrato de calcio y nitrato de amonio, sustancias que se usan para fabricar pólvera y explosivos.

Xinhua informó que la fiscalía china iniciará una investigación para determinar si las gigantescas explosiones fueron originadas por prácticas ilegales y si hubo abuso de poder o negligencia. Hasta el momento, ningún empleado del propietario del almacén, Ruihai International Logistics Company, ni ningún funcionario del gobierno municipal ha sido responsabilizado de las explosiones.

Por ahora se ha confirmado la muerte de 21 bomberos. Nunca antes en la historia de la República Popular China habían muerto tantos bomberos en un accidente como en Tianjin.

Las autoridades elevaron el número de bomberos desaparecidos después de que varios familiares enardecidos denunciaron que la cifra oficial de desaparecidos no incluía a aquellos rescatistas que fueron contratados sin tener el estatus oficial de bombero. De las 85 personas desaparecidas que participaron en las labores de extinción, solo 13 eran bomberos oficiales.

Las explosiones abrieron un gigantesco cráter en el área portuaria del distrito de Binhai y ocasionaron daños materiales en varios kilómetros a la redonda. Más de 3 mil personas participan en las labores de limpieza, informó el jefe del Estado Mayor regional, Shi Luze.

La verdadera magnitud de la catástrofe, que dejó también 722 heridos, 33 de ellos en estado grave, de acuerdo con cifras oficiales, y los peligros que suponen las sustancias tóxicas en el aire y el agua salen a la luz lentamente, al tiempo que las autoridades mantienen un control estricto sobre el flujo de informaciones.

Los periódicos solo pueden reproducir noticias de la agencia estatal Xinhua y no están autorizados a realizar investigaciones por cuenta propia. La férrea censura refuerza en la población de Tianjin, una metrópoli de unos diez millones de habitantes, la impresión de que las autoridades no han dicho toda la verdad.

Cincuenta páginas web fueron sancionadas porque supuestamente habían desatado el pánico publicando rumores o informaciones sin confirmar. Otras páginas web fueron castigadas con el argumento de que habían permitido que algunos usuarios difundiesen rumores infundados. Según Xinhua, el organismo chino encargado de la vigilancia en Internet advirtió de que tiene tolerancia cero con tales comportamientos.

También existe confusión sobre la evacuación de zonas habitadas cercanas al lugar del desastre. Aunque la policía había llamado el sábado por megafonía a la población a desalojar el área afectada en un radio de tres kilómetros, un representante de las autoridades desmintió que se hubiese ordenado una evacuación.

Sin embargo, por temor a que se dispersen por el aire gases tóxicos y a que cambie la dirección del viento, fueron puestas a salvo las personas que habían buscado refugio en una escuela primaria cercana. También se establecieron retenes callejeros y se cerraron tuberías de aguas para impedir al salida de agua contaminada.

El presidente chino, Xi Jingping, admitió que la catástrofe en Tianjin y una serie de otros accidentes ocurridos recientemente han puesto a descubierto la existencia de graves problemas en materia de protección laboral y que es necesario extraer lecciones profundas de la tragedia.

Xi exigió mejores mecanismos de respuesta a situaciones de emergencia, una aplicación más estricta de las disposiciones de seguridad y la realización de inspecciones para detectar peligros potenciales.

Previamente, el gobierno había ordenado que se realicen inspecciones en todo el país del manejo de productos químicos peligrosos y sustancias explosivas.

El accidente revela un déficit de conciencia en materia de seguridad en ciertas empresas y una aplicación laxa de las normas de seguridad, afirmó la Comisión de Seguridad laboral china, citada por Xinhua.