El número de decesos aumentó a 104, aseguran fuentes oficiales
Domingo 16 de agosto de 2015, p. 19
Tianjin.
Nuevas explosiones se produjeron ayer en el almacén de materiales peligrosos que estalló hace tres días en la ciudad portuaria de Tianjin, norte de China, mientras la cifra de muertos por el siniestro aumentó a 104, informaron fuentes oficiales.
Entre los fallecidos hay 21 bomberos y 13 rescatistas. Un número indeterminado de trabajadores portuarios aún figuran como desaparecidos. Asimismo, barrios residenciales aledaños fueron evacuados por temor a una contaminación con cianuro de sodio.
Según la agencia China News Service, este sábado algunos reporteros escucharon entre siete y ocho nuevas explosiones en diferentes lugares del depósito de productos químicos que estalló hace tres días en esta ciudad de 15 millones de habitantes. Posteriormente se alzaron densas columnas de humo.
El saldo de heridos es de 722, de los cuales 58 continúan en estado crítico.
Ante el peligro de gases tóxicos, las autoridades chinas ordenaron desalojar tres kilómetros alrededor de la zona. También llamaron a la población a protegerse con máscaras antigás.
Autoridades locales confirmaron ayer que entre los productos químicos almacenados había 700 toneladas de cianuro de sodio, nitrato de calcio y nitrato de amonio.
Combinado con agua, el cianuro de sodio libera vapores tóxicos y es altamente inflamable.
La agencia China News Service aseguró que también explotaron tanques con etanol o metanol.
Los bomberos lanzaron agua sobre los productos almacenados en el depósito sin conocer la naturaleza química de los mismos y las autoridades chinas sospechan que quizá esto fue lo que causó las nuevas explosiones. Por esa razón ahora se intenta extinguir el fuego con arena.
Por el momento, más de mil bomberos trabajan en la extinción del fuego, junto con un equipo de 70 militares especializados en la manipulación de productos químicos. No obstante, se avanza lentamente por el riesgo que suponen ese tipo de sustancias.
Familiares de bomberos desaparecidos intentaron acceder a una conferencia de prensa, pero la entrada les fue impedida por las fuerzas de seguridad.
Tanto habitantes como familiares de las víctimas acusaron a las autoridades de esconder la magnitud de la catástrofe, al tiempo que las autoridades chinas suspendieron más de 360 cuentas en las redes sociales, cuyos usuarios fueron acusados de propagación de rumores
sobre las explosiones.
Por su parte, el papa Francisco expresó su solidaridad con los afectados y aseguró que su oración va dirigida a las personas que perdieron la vida y con los que resultaron heridos.