Ayer se inauguró la Galería de la Cineteca Nacional, que exhibe una exposición con motivo del 40 aniversario de este espacio dedicado al séptimo arte nacional e internacional, con objetos, publicaciones, fotografías y videos del periodo 1974-2014.

Alejandro Pelayo Rangel, director del recinto, en presencia de Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, afirmó: “Esta exposición tiene el propósito de reconocer la trascendencia de este espacio en el ámbito nacional. Desde que se fundó se volvió un oasis que permite tener acceso al cine que no llega por los canales comerciales. Desde la primera reseña, que se volvió la muestra internacional, que después se hicieron dos ediciones al año y se fue descentralizando y ahora llega a muchas ciudades de provincia, hay mucha historia. Este espacio maravilloso consta de 10 salas que visitan un millón cien mil personas al año. Estamos hablando de un sitio para el cine que ningún otro país tiene.

“Nuestra programación variada es permanente; ahora con los clásicos de Disney ha aumentado la asistencia de niños. ¡Imaginen venir a ver Pinocho, como la vimos hace tres generaciones! Estados Unidos todo lo documenta, y bien, nosotros con esta exposición mostramos que atendemos esa necesidad. Ahora se exhibe algo que es invisible para la mayoría, pero sumamente importante: la preservación del acervo fílmico. Recuperamos las películas más significativas del cine mexicano.”

Críticos e historiadores

Agregó: “Se han hecho selecciones con críticos, historiadores, estudiosos del cine mexicano, quienes han dicho que hay que guardar tales películas de Emilio Indio Fernández o recuperar El compadre Mendoza, por ejemplo. Es decir, hay un proceso de restauración y digitalización de esos materiales, para que puedan verse como cuando salieron. La mejor forma de preservar es por medio del material original. No hay nada más duradero, ahora, que la película. ¡Es algo que duró ya cien años! La idea es preservar negativos, si se tienen; son el alma de cada película, y luego ya pasarlo a digital y todo.”

La antigua Cineteca, ubicada en Tlalpan y Churubusco, fue destruida por un incendio el 24 de marzo de 1982. Mucho se perdió para siempre y el luto sigue. Error y experiencia.

Fachada el recinto cuando se localizaba en la esquina de calzada de Tlalpan y Río Churubusco, en una imagen de agosto de 1975, tomada del libro conmemorativo de las cuatro décadas

Pelayo añadió: “Yo digo exactamente qué pasó: ahí tenían películas de nitrato ¡dentro de la propia Cineteca, cuando ese material se debe guardar, por su explosividad, fuera del recinto! Fue negligencia. Puedo decir que estuve ahí, en la escuela de cine, enfrente. Fue un corto circuito que ocurrió en la sala Fernando de Fuentes. Vimos que salió humito. Ese corto se corrió abajo, a las bodegas, al sótano; allí estaba el nitrato y vino una explosión.

“Ahora nuestras películas en nitrato no están aquí, sino en bodegas especiales de la Filmoteca de la UNAM, para que no vuelva a pasar un accidente. ¡No, no fue intencional! Fue por negligencia. En esa época tuve la oportunidad de entrevistar al entonces director, Jorge Durán Chávez, quien desde la oficina donde estábamos le habló a la señora (Carmen Romano de) López Portillo, y le dijo: ‘Se está quemando la Cineteca. Se lo dije, señora’. Así fue”.

Boytler, Del Río y Gerzo

Precisó que la galería tiene una superficie de mil 512 metros cuadrados, en la que se ubican cuatro salas de exhibición distribuidas en cuatro niveles. Las tres próximas exposiciones que ocuparán los tres pisos restantes estarán dedicadas a Arcady Boytler, Dolores del Río y Gunter Gerzo. Se cobrará la entrada: 40 pesos adultos y 25 niños. Esto no es un museo, pues algo así implica otros gastos.

Itala Schmelz, curadora de la muestra, explicó que para ella hay un antes y un después tras trabajar con la exposición. A ella le cambió su idea del cine y así espera que le ocurra a mucha gente.

Lo que hoy se inaugura y que el público podrá visitar desde este viernes es la primera exposición, del primer piso. Habrá mucho juego museográfico. La muestra es para un público muy amplio, incluso para alguien que no sabe nada y puede aprender. No se tiene que ser un especialista para entender lo que hay aquí. Los jóvenes van a saber que hubo una Cineteca que se incendió. Los especialistas podrán establecer contacto con otro nivel de información. No es una enciclopedia ni un centro de documentación, que ya existe aquí. Es una síntesis, para invitar a conocer más.