Kos.

La policía dispersó este martes con extintores contra incendios y macanas a cientos de inmigrantes violentos que reclamaban un proceso rápido de registro en la isla griega de Kos, mientras las autoridades luchan para contener la creciente oleada de indocumentados que llegan a sus costas en lanchas de caucho o de plástico procedentes de la vecina Turquía.

¡Queremos papeles, queremos comer!, coreaban los migrantes, que bloquearon con una sentada la principal carretera costera a la ciudad, en demanda de papeles para salir de la isla y seguir su viaje al centro de Europa.

Cientos de personas llegan a las islas del oeste del Egeo diariamente, muchos de ellos huyendo de los conflictos en Siria y Afganistán. Autoridades, residentes y grupos de ayuda enfrentan problemas para registrar, alimentar y dar un techo a los llegados, muchos de los cuales son niños.

Un intento por reubicarlos en un estadio para su registro degeneró en peleas entre las mil 500 personas reunidas en el recinto. La policía tuvo que intervenir para controlar a la multitud mientras otros migrantes bloquearon las calles. La policía intentó imponer orden y roció a la gente que los empujaba con extintores antiincendios y con el uso de bastones.

En las últimas semanas hubo protestas similares en varias de las islas que reciben más migrantes, como Lesbos, donde desembarcan la mayor parte de los recién llegados.

La Guardia Costera griega rescató a 329 migrantes en aguas de Lesbos y Kos en siete operaciones de búsqueda y rescate en las 24 horas desde el lunes por la mañana. Esas cifras no incluyen a los cientos de personas que logran llegar a la costas para registrarse.

El alcalde de la isla, Giorgos Kyritsis, hizo este martes un llamado urgente a Atenas a brindarle respaldo para lidiar con la llegada de miles de inmigrantes, y advirtió de un derramamiento de sangre.