Alejandra Negrete Avilés es una de las cinco personas asesinadas en la colonia Narvarte, el pasado 31 de julio, de las que menos se ha hablado. Pero no es una víctima incidental o colateral, y su muerte debe ser investigada en igualdad de condiciones, como la de las demás personas que también fueron privadas de la vida en el departamento, manifestaron el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (Caceh) y familiares.

De 40 años de edad, tenía menos de una semana de haber empezado a trabajar realizando labores de limpieza en el departamento 401 del edificio marcado con el número 1909 en la calle Luz Saviñón y era su único empleo, señaló su hermana Diana Negrete.

Tenía tres hijas de 24, 22 y 13 años. Sólo vivía con la menor, luego de separarse de su pareja. Tenía un nieto y esperaba la llegada de otro más, que ya no tuvo oportunidad de conocer. Era una persona alegre, no se metía con la gente, trabajadora y dedicada a su familia, recordó Diana en entrevista.

Vecina de la colonia San Rafael Chamapa, en el municipio de Naucalpan, estado de México, dijo que Alejandra sólo había ido dos veces al citado departamento, el lunes 27 de julio y el viernes 31. Que las inquilinas del departamento requirieron sus servicios. Fue su segundo día y ya no regreso, dijo su hermana.

De hecho, agregó, ese día no tenía ganas de ir a trabajar, pero necesitaba los 300 pesos que le pagaban para darle de comer a su hija. Todavía a las 13:21 horas Alejandra envió un mensaje a su hermana por WhatsApp. Era una cadenita, una broma, explicó, “que una vez recibida se pide que envíen a todos los contactos para no romper la cadena.

Estaba muy contenta porque ya habíamos comprado los boletos para a ir a un concierto de Juan Gabriel, recordó Diana, quien vio por última vez a su hermana el 12 julio, cuando festejaron el cumpleaños de su mamá.

La noche de ese viernes la hija menor de Alejandra, preocupada porque su madre no llegaba, llamó a sus hermanas y con la ayuda de dos amigos, con los que la mujer había quedado de verse para ir a cenar, empezaron a buscarla, hasta que las autoridades dieron la noticia. Alejandra Negrete fue encontrada en el baño del departamento con un disparo en la cabeza.

Aunque la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal ofreció ayuda para los gastos funerarios, ésta no fue aceptada por la familia, porque el trámite para la entrega del cuerpo, que recibieron el domingo 2 de agosto, iba a ser muy tardado.

La dependencia informó que el próximo viernes Enrique Negrete, también hermano de la víctima, acudirá a la Subprocuraduría de Atención a Víctimas para concretar el apoyo de gastos funerarios y que la familia sea incluida en el Fondo de Atención y Apoyo a Víctimas. Mientras, Diana espera que la presidenta municipal de Naucalpan, Claudia Oyaque Ortiz, cumpla su promesa de darle una beca escolar a su sobrina adolescente, quien vivirá con una de su hermanas tras la muerte de su madre.

Para la Caceh la cobertura mediática del multihomicidio ha invisibilizado a Alejandra Negrete, lo que refuerza su vulnerabilidad y la de todas las trabajadoras del hogar, manifestó en un comunicado, en el que exigió que los feminicidios y el asesinato de Rubén Espinosa, sean investigados.