La reforma energética tiene una utilidad constructiva y no está diseñada para ser usada de manera perversa, manifestó Rodrigo Alpízar Vallejo, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).

Al solicitarle una opinión sobre la presunta intervención del gobierno de Estados Unidos en la autoría de la reforma energética, impulsada en el sexenio anterior y concretada en la actual administración federal, el dirigente empresarial dijo: creo que no debe preocuparnos cuál fue el origen, sino más bien si la esencia o la aplicación de la reforma tiene un uso perverso o constructivo.

Este diario publicó ayer que Hillary Clinton impulsó desde el Departamento de Estado la privatización de la industria energética mexicana con un equipo de colaboradores suyos, entre ellos el ex embajador Carlos Pascual.

Desde el punto de vista del presidente de la Canacintra, la reforma energética tiene un uso constructivo.

Si hubiéramos visto que todas las asignaciones de proyectos petroleros fueran para empresas extranjeras, de manera particular a las estadunidenses, y que éstas estuvieran dejando un margen de utilidad muy bajo al gobierno, entonces sí se hablaría de una reforma perversa.

Alpízar Vallejo opinó que la reforma energética fue conceptualizada a partir de las mejores prácticas de muchos países, entre los cuales se incluyen Estados Unidos, Noruega y Cuba. No se escapa, agregó, el efecto que tuvo en la reforma la empresa Statoil en varios de los capítulos en temas de desarrollo de proveedores y contenido nacional.

En el caso de Cuba, la reforma retoma algunos de los mecanismos para poder repartir los territorios y poder asignar sus recursos petroleros a diferentes empresas privadas internacionales, explicó el dirigente empresarial.

Sobre la primera fase de la ronda uno, Alpízar Vallejo dijo que las escasas adjudicaciones no significaron una mala noticia. Señaló que esa experiencia servirá para que poco a poco vayamos conociendo cómo convertir nuestros recursos naturales en un tema atractivo para las inversiones extranjeras y a partir de allí buscar el mejor momento para colocar los proyectos petroleros.