En Río 2016 quiero escuchar el himno
Viernes 7 de agosto de 2015, p. a15
Nada tiene ya que demostrar Paola Espinosa, porque en todas las latitudes del mundo donde ha competido ha ganado una medalla en clavados. Tengo todo lo que he querido, porque así me lo he propuesto y porque he luchado para conseguirlo
, comenta con ese tono propio de los competidores exitosos, orgullosos de su carrera deportiva.
La multimedallista olímpica y mundial sabe que su trayectoria ha sido ascendente: ganó el bronce en Pekín 2008, en la plataforma sincronizada con Tatiana Ortiz; un ciclo después, en Londres 2012, mejoró a plata, en dueto con Alejandra Orozco; por lo que ahora quiere probar suerte en Río 2016 en la misma modalidad, pero además en individual, la única medalla de las grandes que le falta.
Sabe que la tarea no será nada fácil, porque si bien tendrá la experiencia y fortaleza de llegar a su cuarta prueba olímpica, el nivel de esta disciplina es cada vez más excelso y ahora resulta mucho más reñida la lucha por aparecer entre las tres mejores de la especialidad.
Sé que no es fácil subir al podio y menos ahora. Pero es algo que me he propuesto y me gustaría mucho alcanzar ese sueño; desde que me inicié he venido cumpliendo mis metas, gracias siempre al apoyo de mi familia, de mi entrenadora (Ma Jin) y de quienes están a mi alrededor
, platica con desenfado.
–Tu palabra siempre es atendida por los dirigentes. Tu voz suena fuerte y mueve a la gente para solucionar situaciones...
–Bueno, creo que es así porque con mis logros las personas se dan cuenta de lo que hace falta cambiar para estar mejor.
No guarda en su memoria la cantidad de metales, reconocimientos y distinciones de todo tipo, pero Paola Milagros sí tiene muy presente que más allá de sus logros están las vivencias que ha disfrutado en todos los puntos del planeta donde ha competido, pero definitivamente China es la nación que más la atrae y, acaso, la que más conoce gracias a que Ma Jin se convierte en su mejor guía cuando regresa a su país.
“Sí, mi entrenadora siempre dice que somos sus hijos –el equipo de clavados con el que trabaja– y yo la considero, después de Josefina, mi mamá, como una segunda madre sin la cual nada de esto hubiera sido posible y gracias a ella hasta restaurante favorito tenemos en China.”
Sentada sobre uno de los trampolines de un metro del Centro Acuático Ceforma, la menuda clavadista, de 1.56 metros y 48 kilogramos de peso, cuenta que disfruta leer las obras de Gabriel García Márquez y de Paulo Coelho, de ver películas, que no sean de terror o demasiado suspenso, y de hincarle el diente a todo buen platillo, aunque si se trata de mariscos, que son sus favoritos, entonces ataca en serio, porque se asume como una comelona
.
Durante la plática, la ex campeona mundial pronuncia algunas frases en chino, un idioma harto complicado de aprender y de pronunciar para los latinos en general, pero que le ha servido para pedir de comer en ese país y ser amable con la gente, gracias a las clases que recibe de su segunda madre y entrenadora.
Paola Milagros Espinosa Sánchez, de 29 años, no tiene idea de cuándo se va a retirar, pero sabe que no se hará entrenadora, porque no tengo talento para hacerlo, pero en lo que pueda ayudar en el deporte, eso sí lo quiero hacer
; tampoco sabe ahora si ingresará a la política, como otros ex deportistas han hecho.
Como mujer me gustaría formar una familia, pero eso llegará con el tiempo.
–¿Cómo te gustaría ver a México?
–Sano. Preocupado por la salud de su gente.
–¿Eres un ejemplo a seguir?
–Me gusta mucho ver a las niñas y a los niños cómo disfrutan cuando hacen sus primeros saltos y eso me recuerda cuando yo empecé en esto; siempre tratando de cumplir mis sueños, siempre segura de que lo podía hacer y por eso ahora quiero una medalla olímpica en individual.
Paola obtuvo el pase a Juegos Olímpicos en la justa continental de Toronto 2015 hace unos días, por lo que espera ser quien represente al país y, más que nada, ansía escuchar las notas del Himno Nacional Mexicano en Río 2016, para materializar un sueño más en su carrera.