Pertenecía al reconocido violinista Roman Totenberg y fue robado en 1980
Hija del músico fue avisada de que había sido hallado y estaba en custodia de la FBI
Reapareció el pasado junio, cuando una mujer lo llevó a valuar en Nueva York
Viernes 7 de agosto de 2015, p. 5
Washington.
El reconocido violinista Roman Totenberg dejó su adorado Stradivarius en su oficina para ir a saludar a sus seguidores tras un concierto en 1980. Cuando regresó, había desaparecido.
Su funda se encontró más tarde en el sótano de la Escuela de Música Longy de Cambridge, Massachusetts, donde daba clases. Pero Totenberg, quien murió hace tres años a los 101, nunca volvió a ver el instrumento.
Totenberg pensaba que sabía quién había robado el violín, pero nunca hubo pruebas suficientes para presentar cargos.
La búsqueda quedó paralizada hasta este junio, cuando su hija mayor, Nina Totenberg, recibió una llamada telefónica de un agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
El agente le dijo que estaba mirando al violín, que permanecía bajo custodia federal.
En ese momento casi no podía creerlo
, contó Nina Totenberg, corresponsal de asuntos legales en NPR en una entrevista el miércoles. “Dije ‘tengo que llamar a mis hermanas, les diré que no guarden esperanzas’, pero él me contestó que no tenía que hacerlo porque ese era el violín.”
El instrumento, conocido como Ames Stradivarius, fue elaborado en Italia en 1734 por el laudista Antonio Stradivari y es uno de los pocos que existen. Pueden alcanzar precios millonarios en subastas, como el más caro de la historia, que se vendió por 15.9 millones de dólares en 2011.
La fiscalía federal en Nueva York tenía previsto anunciar, ayer, los detalles de la recuperación en una rueda de prensa.
Nina Totenberg dijo que el violín reapareció en junio, cuando una mujer lo llevó a valuar en Nueva York y el tasador contactó inmediatamente con las autoridades. La mujer es ex esposa de Philip S. Johnson, quien falleció en California en 2011. Declinó realizar comentarios y pidió que su nombre no fuese publicado. No ha sido acusada de ningún delito.
El obituario de Johnson lo describe como un destacado violinista de 40 años
, pero no especificó dónde o para quién había tocado. Totenberg dijo que era un aspirante a violinista que fue visto alrededor de la oficina de su padre en el momento del robo.
Totenberg dijo que ante la falta de pruebas la policía no pudo obtener una orden para buscar el Stradivarius.
No pudo hacerse nada; mi padre siguió adelante, compró otro violín y vivió el resto de su vida
, agregó.
Niño prodigio
Niño prodigio en su Polonia natal, Roman Totenberg compró el Stradivarius en 1943 por 15 mil dólares de la época –más de 200 mil dólares actuales– y fue el único instrumento que tocó hasta su robo. Siguió actuando hasta pasados los 90 años e impartió clases en la Universidad de Boston hasta su muerte.
“Esta pérdida fue para mi padre –como él dijo como ocurrió– como perder un brazo”, señaló su hija Jill Totenberg, quien trabaja de ejecutiva de relaciones públicas en Nueva York. Recuperarlo tres años después de su muerte es para nosotros como volver a tenerlo vivo
.
La historia del robo no es algo extraño en los Stradivarius, que son virtualmente imposibles de vender en el mercado negro, dijo David Schoenbaum, profesor de historia retirado y experto en violines que escribió el libro titulado The Violin.
Estos instrumentos son muy valiosos, y muy atractivos, tentadores para el robo, y hay casos conocidos de violines que fueron robados y siguieron desaparecidos durante muchos años
, explicó Schoenbaum. Es terriblemente difícil deshacerse de uno. Todo el mundo te sigue, y si vas a una casa de empeños obtendrás 35 dólares. Tienes que llevarlo a un vendedor y éste llamaría de inmediato a la policía
.
Otro famoso Stradivarius, el Gibson, fue sustraído en 1936, y el ladrón, un músico cualquiera, confesó los hechos en su lecho de muerte en 1985. Ahora está en manos del violinista Joshua Bell.
Un Stradivarius que pertenecía a Erika Morini fue robado de su apartamento en 1995 por alguien que tenía la llave del armario donde lo guardaba. Nadie le habló sobre el robo antes de su fallecimiento, semanas más tarde. El instrumento no ha aparecido.
El Stradivarius Ames está desgastado por el uso, lo que indica que no se mantuvo de forma profesional, pero en general está en bastante buen estado, indicio de que no se tocó demasiado, dijo Nina Totenberg.
Los fiscales no tienen previsto presentar cargos contra nadie en relación con el robo, agregó Totenberg, y el violín será devuelto a la familia. Tienen previsto venderlo, pero no a un coleccionista, explicó.
Estoy contenta porque el violín, una vez que sea restaurado, pueda volver a manos de otro gran artista
, dijo y que su preciosa voz pueda escucharse en salas de conciertos en todo el país.