Roma.

Un barco pesquero que llevaba cientos de migrantes a bordo naufragó este miércoles en el Mediterráneo luego de zarpar de las costas de Libia. La guardia costera de Italia y la marina de Irlanda informaron que salvaron al menos 367 personas, pero se desconoce el paradero de unas 200 y se localizaron 25 cadáveres, en la más reciente tragedia de tráfico de personas.

Según varias fuentes, había más de 600 indocumentados a bordo de la embarcación; la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señaló que ese estimado es creíble debido a que el barco tenía entre 20 y 25 metros de largo y los traficantes, a los que no les gusta desperdiciar espacio, a menudo colocan tal cantidad de individuos en botes de ese tamaño.

El percance ocurrió luego de que el pesquero lanzó una llamada de auxilio a unas 15 millas náuticas de las costas libias, que fue captada por los guardacostas de Sicilia. Dos buques, el Dignity 1, de Médicos Sin Fronteras, y el Lé Niamh, de la marina irlandesa, fueron enviados de inmediato.

Al ver que una de las embarcaciones de rescate se aproximaba a ellos, los migrantes se desplazaron hacia el mismo lado del pesquero para pedir ayuda, lo que provocó que el buque se volcara, detalló Federico Fossi, vocero en Italia del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), a la televisión estatal Rai.

La operación de rescate involucra siete embarcaciones de Italia, Irlanda y de Médicos Sin Fronteras apoyadas por helicópteros y un drone, señaló el comandante de la guardia costera italiana, Filippo Marini, quien indicó que la búsqueda de sobrevivientes seguirá por la noche.

La OIM calcula que más de 2 mil migrantes sin documentos han muerto en lo que va del año en el Mediterráneo en su intento por llegar a Europa. Este naufragio podría ser el más grave desde el que costó la vida de 800 personas en abril pasado. Consideró además que la cifra de 200 mil llegadas por mar a Italia y Grecia será probablemente alcanzada en los próximos días.

Pese al importante refuerzo de la operación Tritón, emprendida por Frontex, la agencia de seguridad fronteriza de la Unión Europea (UE), las condiciones en las que los migrantes intentan cruzar el Mediterráneo hacen que cada intento sea muy peligroso.

Frente a este flujo masivo, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró estar decepcionado de las dificultades que existen para que los países de la UE acepten el principio de solidaridad entre gobiernos.

No hay una buena política sobre este tema. Debemos construir puentes entre las ideas nobles y la realidad de las diferentes situaciones políticas en los estados miembros, admitió, y llamó a no dejarse cegar por las ideas populistas.