Ignora comité organizador advertencias sobre contaminación del agua
Para el 5 de agosto todo estará listo, según el alcalde de Río de Janeiro
Jueves 6 de agosto de 2015, p. a14
Río de Janeiro.
A exactamente un año de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el alcalde de la ciudad Eduardo Paes se presentó el miércoles en un estadio en construcción y dijo que todas las instalaciones estarán listas cuando comience el 5 de agosto del año que viene la primera justa olímpica en Sudamérica.
Tras el éxito –contra todo pronóstico– del Mundial de futbol 2014, luego de retrasos y violentas protestas, Río se prepara para recibir a más de 10 mil 500 atletas de 206 países –tras la reciente adhesión de Sudán del Sur al Comité Olímpico Internacional (COI)– que competirán en 42 disciplinas por 306 medallas de oro.
Literalmente, estamos haciendo realidad un milagro. Todas las instalaciones estarán listas
, afirmó Paes, al hablar ante cientos de periodistas que portaban cascos de protección y que lo bombardearon con preguntas sobre las demoras de las obras, el incremento de los costos y un estudio que reveló que los atletas que compitan en pruebas acuáticas afuera de las piscinas corren serio peligro de contraer enfermedades en aguas contaminadas, con altos niveles de virus.
Tratando de despejar los temores, Paes dio un detallado informe del estado de cosas en las sedes y de las fechas en que se espera se concluyan las obras que, aseguró, será con bastante antelación a la ceremonia inaugural.
Queremos demostrar que somos capaces de terminar las cosas a tiempo, que Brasil no es un país donde todo termina costando más, donde todo se termina tarde
, afirmó Paes, con el ruido de la construcción de fondo en la Arena Carioca 3, que según la presentación está terminada en 98 por ciento.
Según Paes, en promedio, las obras llevan un avance de 82 por ciento.
En el acto estuvo presente Carlos Nuzman, director del comité organizador, pero no asistió el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, quien, se argumentó, estaba exhausto tras un viaje que se demoró casi 30 horas.
“Yo me tomé una caipirinha con él anoche”, dijo Paes. “Treinta horas de vuelo y después una caipirinha brasileña deja a la persona cansada”, añadió en tono de broma.
Pero Bach tuvo tiempo el martes por la tarde para patear y volear algunos balones con ex atletas brasileños en la arena de la playa de Barra da Tijuca. Incluso entró hasta la cintura en estas aguas frías del invierno austral –contaminadas, como mu- chas otras playas de Río– y luchó contra algunas olas.
Bach, procedente de Kuala Lumpur, donde hubo una conferencia del COI, dijo sentirse muy confiado de que en un año nos sentiremos abrumados por una hermosa ceremonia inaugural y por la hospitalidad de los brasileños. No tengo preocupaciones particulares porque confío en que el comité organizador y todos los niveles del gobierno seguirán este dinámico trabajo
.
Paes y Nuzman debieron responder muchas preguntas sobre la calidad de las aguas.
Las autoridades han prometido que la limpieza de vías acuáticas que reciben aguas residuales será uno de los principales legados de los juegos, pero posteriormente admitieron que será imposible cumplir los objetivos olímpicos en ese terreno.
Nuzman, director del comité organizador, no obstante, insistió en que las aguas están limpias.
Hemos oído de atletas que nadan entre pescados, de modo que hay algunas discrepancias
en torno al estado de cosas, indicó.
La descontaminación de las nauseabundas aguas de la bahía de Guanabara, quizá el basurero más bonito del mundo, será la gran deuda para los Juegos, luego que el gobierno estatal de Río descartara limpiar 80 por ciento como había prometido.
Por su parte, el mexicano Crisanto Grajales aseguró que probó el agua de Copacabana, donde se realizará el triatlón olímpico y señaló que le supo normal.