Se ha atendido poco la integridad de animales productivos y domésticos con sus efectos
Trabaja la Sagarpa en un Atlas de Riesgos en el sector agrícola que valora vulnerabilidad financiera
Lunes 3 de agosto de 2015, p. 36
Un país como México, cuya ubicación geográfica, características climáticas, orográficas e hidrológicas, así como por su actividad volcánica y sísmica, es propenso al impacto de una gran variedad de fenómenos naturales con potencial para provocar desastres.
Gerardo Huerta Arias, director de Operaciones, Desastres de la organización Protección Animal Mundial, señaló que cuando se presenta una catástrofe no sólo está en riesgo la integridad de las personas, sino también de los animales productivos y domésticos.
Dijo que cada año millones de animales mueren, sobre todo en zonas rurales, debido a que no existe una cultura de protección, pero no sólo eso: hay efectos económicos y estrés traumáticos de la gente que pierde a sus mascotas de toda su vida simplemente porque no supo cómo llevárselas o protegerlas.
Los animales son partes intrínsecas de muchas personas de estos territorios en cuanto a que viven de ellos. De ahí salen los huevos, carne o leche que comen, pues no cuentan con recursos para comprar esos productos en los establecimientos. En las ciudades, los animales de compañía son una enorme muleta emocional para las personas y no podemos hacerlos a un lado.
Por eso, explicó, es importante la inclusión de los animales en las políticas públicas del país.
Al respecto, comentó que el próximo mes impartirán un diplomado en línea en 10 universidades mexicanas públicas, entre ellas la Universidad Nacional Autónoma de México, que durará dos meses y medio.
Entre los temas que abordarán está la adaptación al cambio climático, reducción de riesgo y respuesta ante una emergencia.
De acuerdo con cifras oficiales, en 2002 la población afectada por desastres naturales fue de 5.5 millones; en 2007, 3 millones, y 3.4 millones en 2013. Lluvias, inundaciones y ciclones tropicales fueron los eventos que afectaron a un mayor número de personas en todo el periodo (alrededor de 80 por ciento del total de afectados).
Respecto del número de fallecimientos, 2001 y 2013 fueron importantes; este último tuvo 312 muertos.
Los daños económicos causados por los desastres han sido significativos, en particular los fenómenos hidrometeorológicos. En los recientes 15 años representaron en promedio 90 por ciento del impacto económico de los desastres ocurridos en el país.
Los reportes oficiales muestran que las pérdidas económicas por estos fenómenos entre 2001 y 2013 ascendieron a 338.35 miles de millones de pesos; 2010 registró el mayor impacto del periodo, alcanzando casi 83 mil millones de pesos (es decir, 24.4 por ciento de las pérdidas totales del periodo), seguido por el año 2013, con 56.02 mil millones de pesos.
En este último año, cerca de 50 por ciento de los municipios declarados en desastre tenían grados de marginación altos y muy altos, de acuerdo con el registro del Centro Nacional de Prevención de Desastres.
Además, reportó que los daños y pérdidas registradas en 2013 por fenómenos hidrometeorológicos equivalieron 187 veces el presupuesto anual del Fondo para la Prevención de Desastres Naturales, que ascendió a 300 millones de pesos en ese año.
La reducción de las vulnerabilidades del sector agropecuario frente a los desastres requiere un esquema de planificación participativa e integral a escala local, regional o nacional. Los censos son el primer paso que debe darse para saber con qué animales contamos y qué tenemos qué hacer con ellos.
Huerta Arias agregó que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural (Sagarpa) ya trabaja en la construcción de un Atlas de Riesgos en el sector agrícola, lo que permitirá representar la interacción entre las amenazas y la vulnerabilidad física de los culltivos y obtener una valoración financiera del riesgo.